Dos errores individuales, el de Karsdosp y el de Rui Patricio, y un Udinese gigante le costaron al Roma de José Mourinho su primera derrota (4-0) de la campaña, contundente, ante un rival que mereció la victoria después de un gran partido a nivel colectivo que no hizo sino confirmar las buenas sensaciones de un equipo que solo perdió en su estreno ante el Milan, actual campeón.
En la quinta jornada llegó la primera grieta del Roma. Un abismo. Toda la solidez y las buenas sensaciones acumuladas en la mayoría de partidos en este inicio se desplomaron como un castillo de naipes. La culpa, dos errores individuales y un imparable Udinese. Los primeros fueron la condena de los 'giallorossi'; lo segundo, un daño que terminó con el liderato.
No pudo empezar peor el partido para la 'Loba'. Antes de que se cumplieran los primeros cinco minutos ya iban por debajo en el marcador. Karsdop, el carrilero derecho, intentó ceder con el pecho al meta Rui Patricio un centro lateral de Udinese en una maniobra muy mal ejecutada que dejó el balón muerto en el área pequeña. Udogie no dudó y fusiló a bocajarro al luso, desconcertado con la acción de su propio compañero.
El error dejó totalmente desubicado a los romanos. Cristante y Matic no fueron capaz de encontrarse entre ellos o de conectar con Pellegrini y Dybala. Y el Roma necesita esta conexión como el comer. Es su arma más peligrosa.
Inconexos en el centro del campo, bien defendido por los locales, Abraham fue la solución para intentar ganar metros. El británico, bajo la atenta mirada del seleccionador inglés Gareth Southgate, presente en el Dacia Arena de Udine, fue insuficiente por sí mismo ante la zaga rival, perfectamente liderada por Becao y Mehuén Perez, colosos atrás.
Pese a la igualdad y la falta de claridad, apunto estuvo Dybala, de lo mejor de los visitantes, de poner el empate a uno tras un remate desde dentro del área en una de las contadas ocasiones romanistas.
Movió Mou el banquillo en el descanso y dio entrada a Celik por el desafortunado Karsdop y al 'Gallo' Belotti por Cristante para conseguir más presencia en ataque. Ni si quiera dio tiempo a ver si el plan podía funcionar. Samardzic encontró hueco desde la frontal y disparó. El balón botó justo delante de un Rui Patricio que no calculó bien y no acertó a atajar el balón. Minuto 55, segundo error y partido casi cerrado.
Mancini respondió. El defensa italiano estrelló en el palo un buen testarazo a la salida de un córner. Nada le salía al Roma, todo a Udinese. El estadio era una ya una fiesta con la ventaja de dos goles, pero explotó con el tercer tanto, a cargo de Pereyra en el minuto 75. El argentino rubricó el tanto de la noche con un zurdazo cruzado inalcanzable para Rui Patricio que sentenció definitivamente al Roma.
Estaba destrozado el conjunto 'giallorossi'. No pudo hacer nada. Y Udinese olió sangre. Cada contra era peligro al son de una grada que disfrutó como hacía mucho tiempo que no lo hacía y al ritmo de Deulofeu, director de orquesta. Estaba más cerca el cuarto que cualquier intento esperanzador de remontada. Y cayó el cuarto.
Contra de manual. Minuto 81 y Udinese se desplegó con cinco efectivos. Como si fuera el minuto 15. Lovric ensartó el golpe definitivo. Cuatro goles, fiesta en Udine. Funeral en Roma.
Derrota durísima para un Roma que terminó desesperado. En algún momento iba a llegar la primera derrota, pero no pudieron imaginarse que fuera así. Muy inferiores en la segunda mitad, probablemente condicionados por los errores individuales.
Udinese sigue imparable y suma tres victorias seguidas. Los de Andrea Sottil, después de un duro inicio ante el Milan, adelantan al Roma y se colocan cuartos con 10 puntos, en lo que es un comienzo más que sólido.
MPP