El Papa Francisco, conocido mundialmente por su liderazgo espiritual, también fue un fiel aficionado del fútbol, y su corazón latió por el Club Atlético San Lorenzo de Almagro.
Desde su infancia en Buenos Aires, el Pontífice mantuvo una conexión inquebrantable con este emblemático equipo argentino, una pasión que ha manifestado en diversas ocasiones a lo largo de su vida.
San Lorenzo, un club relacionado con la religión
San Lorenzo fue fundado el 1 de abril de 1908 en el barrio de Almagro, gracias a la iniciativa del sacerdote salesiano Lorenzo Massa, quien, al ver a los niños jugar en la calle, decidió organizar un equipo a cambio de que asistieran a misa.
Así nació un club que, con el tiempo, se convertiría en uno de los más queridos y exitosos de Argentina. Originalmente llamado "Los Forzosos de Almagro", el equipo adoptó su nombre actual en homenaje a su fundador y al diácono mártir San Lorenzo, lo que refleja su rica historia y sus profundas raíces en la comunidad.
El apodo de "Los Cuervos" proviene de la sotana negra que usaba el P. Massa, y este sobrenombre se ha convertido en sinónimo del club.
A lo largo de los años, San Lorenzo ha cosechado numerosos títulos y ha dejado una huella imborrable en la historia del fútbol argentino.
Su "época de oro" en 1946, marcada por un trío de jugadores legendarios, cautivó a miles de aficionados, incluido un joven Jorge Mario Bergoglio, quien a sus 9 años no perdía la oportunidad de asistir a los partidos en el Gasómetro.
El compromiso del Papa Francisco con San Lorenzo no fue puramente de un cariño por el club. Fue el socio N° 88.235 del club y se sabía que pagaba puntualmente su cuota de membresía.
En 2014, un grupo de directivos y jugadores del club viajó a Roma para presentarle la Copa Libertadores, un gesto que simbolizó la conexión entre el Pontífice y su equipo. En 2013, tras su elección como Papa, San Lorenzo rindió homenaje a Francisco luciendo camisetas con su imagen, un tributo que reflejó la admiración y el cariño que sienten por él.
El Papa ha dejado claro que, a pesar de su elevada posición en la Iglesia Católica, su amor por el fútbol y por San Lorenzo es inquebrantable.
La pasión por el deporte es un lazo que une a millones de argentinos, y Francisco, con su devoción a "El Ciclón", se convierte en un símbolo de la identidad cultural futbolística del país.
MP