Con un doblete de un Leao desatado, con un tanto de un acertadísimo Giroud y con una solidez colectiva propia de un campeón de 'Scudetto', el Milan se sobrepuso al tanto inicial de Brozovic y mantuvo la compostura ante la respuesta de Dzeko gracias a un soberbio Maignan bajo palos para hacerse con el enclave de Milán en la primera batalla por salir campeón.
El 'Derby della Madonnina' tiene siempre un aura especial. Este, pese a ser en la quinta jornada, sin la relevancia que podría tener en alguna fecha más señalada, no fue una excepción. San Siro recibió a los contendientes teñido de rojinegro, los colores del actual campeón, hoy local.
Sin embargo, todo el ambiente en favor de los milanistas cesó en el minuto 20, cuando Brozovic consiguió silenciar su propio estadio gracias, en gran medida, a Lautaro Martínez, que hizo honor a su apodo, el 'Toro', y cuerpeó con Tomori lo suficiente para dar tiempo a Correa a ofrecerle un apoyo y al propio Brozovic, inteligente, a aprovechar el espacio generado por los argentinos para definir y abrir la lata.
El problema de jugar contra el Milan es que hay que ser clínico, cualquier error suele ser castigado. Y así fue. Mala salida de un exmilanista como Calhanoglu que recogió Tonali con espacios, un jugador que no acostumbra a decidir mal. Leao recibió del italiano en la frontal del área, con espacios, matador, y se separó lo justo de Skriniar para cruzar el balón a Handanovic. San Siro volvió a gritar, volvió a remar con los suyos, volvió a creer.
El tanto fue una bocanada de aire fresco para un Milan que se convirtió en un torbellino antes del descanso. Tonali, Theo y De Ketelaere tuvieron ocasiones que a punto estuvieron de convertir ante un Inter que no podía frenar las tentativas rivales mientras Inzaghi se desgañitaba ordenando y pidiendo calma, esperando llegar al descanso con el empate a uno, una buena noticia viendo cómo se había puesto en contra el partido para los 'nerazzurri'.
Bajó la intensidad del choque, con dos tanganas en la primera mitad, a la salida de vestuarios. Pero el Milan volvió a ser peligroso con muy poco, esta vez de la mano de Giroud, que completó la remontada en el minuto 56.
Una jugada que no iba a ningún lado, con Leao rodeado, acabó con un balón filtrado por el luso al corazón del área que recogió el más listo de clase. El galo definió con un disparo cruzado mordido al que Handanovic no llegó. Se repitió la historia del último derbi de liga, en el que el Inter tomó el mando y Giroud remontó.
Casi no había terminado San Siro de festejar la remontada cuando apareció, de nuevo, su jugador favorito. No pudo el Inter frenar a Leao de ninguna manera, estaba desatado, y se marcó una jugada de estrella. Recortó dentro del área, se deshizo de tres rivales y definió con calidad, ajustado, al fondo de la red.
La fiesta era total, pero todavía tuvo que demostrar el Milan la solidez defensiva que le hizo campeón y que Maignan saliera a relucir con una actuación para enmarcar y paradas que se celebraron como goles. Y es que Dzeko, nada más saltó al verde fusiló a bocajarro al meta francés y puso en aprietos a los locales. Dio impulso a su equipo, pugnando por los puntos hasta el final.
Maignan mantuvo el marcador, San Siro celebró junto a sus jugadores, con los focos apuntando a Leao. El Milan venció el 'Derby della Madonnina' y mantiene su condición de invicto tras un gran partido colectivo. El Inter encajó la segunda derrota de la campaña, dolorosa al ser ante el máximo rival y, sobre todo, por haber estado por delante en el marcador.
AM