Entre las protestas por un penalti reclamado por los futbolistas del Arsenal en la penúltima jugada del partido por una mano de Murphy y un último saque de esquina que terminó en nada, el líder de la 'Premier League' cedió sus primeros dos puntos en casa, empatado y aplacado por el Newcastle (0-0).
Quizá mereció más el primero de la tabla, sobre todo por la ambición y la rebelión contra las circunstancias que demostró en el segundo tiempo, con una ofensiva final sin demasiadas ocasiones, pero frustrada en la oportunidad más clara por la parada de Nick Pope ante Nketiah ya en los instantes finales, cuando su adversario se había encomendado a la resistencia.
Un empate después de siete victorias en cada uno de sus partidos de esta campaña en su territorio, con mérito del Newcastle, que abrió una opción al Manchester City, el segundo de la tabla, hoy a ocho puntos que pueden ser cinco si gana al Chelsea. Es la única forma que tiene para presionar al Arsenal, invencible por undécima jornada seguida.
Trece sin perder enlaza ya el Newcastle, con seis triunfos en los últimos ocho partidos y con el 0-0 de este martes que tiene sabor a victoria. Al menos, la consolidación irrebatible para el equipo de Howe, que se sostiene tercero y que rompió con una secuencia de once derrotas consecutivas en el estadio del Arsenal. No gana allí desde 2010.
- Club Santos
A estas alturas, no hay términos medios ni para el Arsenal ni para el Newcastle, ante la oportunidad de sus vidas. El líder contra el tercero. Sin pausa. Sin matices. Sin excusas. En un ritmo frenético. En un partido trepidante. Un combate poderoso. A toda presión. Un enfrentamiento también de fuerza. Ataque a ataque, contragolpe a contragolpe, falta a falta, sin apenas ocasiones en dos equipos tan ofensivos en el primer acto.
Dos cabezazos, uno de Gabriel Magalhaes y otro de Joelinton, uno por cada bando. Dos remates nada más. A tan solo eso se limitaron hasta entonces ambos conjuntos, enfrentados a campo abierto con una determinación a la altura del podio que ocupan en la clasificación, con un 0-0 al intermedio que pospuso todo para el segundo asalto.
Entonces sí, entonces el Arsenal se apropió de todo lo que sucedió sobre el terreno desde el minuto 50, cuando sólo unos centímetros privaron a Callum Wilson de un remate goleador en una combinación entre Kieran Trippier y Miguel Almión por la banda derecha, en adelante, con unos niveles de posesión muy superiores a todo lo que había logrado antes.
Lo sintió el Newcastle. Ni tan certero en la recuperación ni tan agresivo en la fricción ni tan consistente en la defensa ni tan solvente en la transición hacia el ataque, quizá por el cansancio de todo el esfuerzo anterior, el equipo visitante padeció el control del conjunto de Mikel Arteta, que lanzó su ofensiva sobre la portería de Pope.
También aguantó entonces toda la proposición constante en ataque del líder, que insistió, insistió e insistió, con un cabezazo de Gabriel Martinelli, con un asedio visible sobre el área visitante, como también hubo una oportunidad del Newcastle, y con una parada que impidió su triunfo de Nick Pope a Nketiah, cuando el Arsenal acumulaba más méritos para apuntarse la victoria. No lo hizo: jamás encontró el gol que tanto buscó.
Rja