Un tanto Franck Kessié en el tiempo añadido (m.92), cuando el Real Madrid buscaba con más ansía el gol, dio el triunfo en un clásico vibrante al Barcelona (2-1), que, con doce puntos de ventaja con respecto al equipo blanco a falta de doce jornadas para que finalice LaLiga Santander, dio una estacada al título que puede ser definitiva.
Fue un encuentro con muchísimas alternativas. El líder, que tuvo que remontar el gol inicial de Ronald Araujo en propia puerta, combinó momentos de buen fútbol con otros en los que se enfundó el mono de trabajo para frenar las sacudidas del Real Madrid, que vio cómo el VAR le anulaba un gol de Marco Asensio por un fuera de juego milimétrico minutos antes del tanto de Kessie.
En el toma y daca inicial, Benzema avisó primero con un disparo lejano que atajó sin problemas Ter Stegen. Se lució más Courtois, el mejor junto a Vinicius en el primer tiempo, en dos llegadas consecutivas del equipo. Resolvió con sus manoplas el belga un latigazo de Lewandowski y un cabezazo de Raphinha.
La hiperactividad de Gavi en la presión mostraba el camino al Barça que, cuando parecía que mejor andaba, vio cómo Vinicius, alejado de la zona de influencia de Araujo, se emparejaba en la derecha con Busquets. Se zafó de la marca del centrocampista, centró y el balón impactó levemente en su pareja habitual de baile. La trayectoria despistó a Ter Stegen y el esférico rozó con el palo antes de besar la red.
Aparecía la magia de Vinicius. Marcaba la diferencia el brasileño, situando 0-1 para el Real Madrid, que tras el gol encadenó unos buenos minutos con el balón aprovechándose de la desconexión del conjunto azulgrana, algo aturdido tras el primer golpe que le propinó su rival.
Amenazaba el Barcelona a balón parado y con un inspirado Raphinha, muy activo trazando diagonales. El duelo en la banda derecha entre el brasileño y Nacho, que vio una amarilla y se jugó la segunda en una acción con el extremo, fue muy intenso. El internacional carioca rozó el tanto con un cañonazo que Courtois desvió con la yema de los dedos.
Fue entonces cuando los de Xavi Hernández obtuvieron el merecido premio del empate. Lo probó primero Raphinha y, tras múltiples rechaces, el balón cayó a los pies de Sergi Roberto, que trazó una rosquita con el interior del pie derecho que acabo en la red (1-1, min.44).
Pero las mejores llegadas las firmaron los locales con Lewandowski, pero el polaco tenía el revólver encasquillado. Rozó el palo con un disparo raso, no pudo conectar el balón con potencia en un remate acrobático y envió otro balón cerca de la portería. También Raphina volvió a probar a Courtois.
Movió el árbol Ancelotti en el minuto 60 dando entrada a Rodrygo Goes y Ferland Mendy. El brasileño se situó en la media punta. Lo agradeció su equipo, que pisó con más el área rival, si bien no conseguía rematar las llegadas de Vinicius y Benzema.
Con todo abierto, Ancelotti fue a por el partido dando entrada a Marco Asensio, Aureline Tchouaméni y Dani Ceballos. Salieron en el minuto 77 y el partido volvió a ser un correcalles. Cuatro minutos tardó el Real Madrid en anotar un gol. Fue en una transición ejecutada por Asensio que el VAR anuló, tras dos minutos de deliberación, por fuera de juego del mallorquín.
Asediaba campeón de Europa la portería azulgrana. Los locales perdieron el control del balón y sacaban cómo podían el agua del bote salvavidas al que tantas veces se ha subido esta temporada.
Cuando más difícil parecía para los locales, un taconazo de Lewandowski habilitó a Balde, que centró raso al área, donde estaba Kessie, que acabó siendo el héroe del partido y, quizá, uno de los protagonistas de una Liga que cada vez tiene más color azulgrana.
MPP