El Bayer Leverkusen arrancó su defensa de la Bundesliga con una victoria agónica, tirando del eterno recurso de la épica, en su estreno en la Bundesliga ante un Borussia Mönchengladbach que vendió muy cara su derrota en un duelo loco que tuvo de todo (2-3).
Los de la aspirina, con un ritmo de juego extraordinariamente alto en estas primeras semanas de competición, apenas pagaron el esfuerzo derrochado en la Supercopa ante el Stuttgart y, desde el inicio, se hicieron dueños del encuentro.
Frimpong se quitó el óxido que arrastraba desde la Eurocopa, donde fue poco empleado por Koeman en Países Bajos, y comenzó a darle gas a la moto. Sus incursiones por la banda derecha, tan letales la temporada pasada, se hicieron sentir y de una de ellas nació el primer tanto de la temporada en Bundesliga.
El carrilero neerlandés desbordó a todo el que salió al paso por su costado y colocó un balón a la frontal del área que acabó en un impresionante misil teledirigido por Xhaka que perforaba las mallas de la portería del Mönchengladbach. El suizo, por respeto a su antiguo equipo, no celebró el tanto.
No cesó el Leverkusen en su acometida. Después de un par de aproximaciones locales tras el saque de centro, un balón colgado a Boniface fue estrellado con violencia en el larguero por el nigeriano, tras revolverse magistralmente, cual nueve, en el corazón del área.
Tapsoba, instantes después, elaboró un híbrido de ambos y armó un cañonazo desde fuera del área que hizo temblar la escuadra izquierda de la portería del Gladbach.
El césped del Borussia-Park se inclinó hacia la mitad de la cuadra de 'los potros', desbordados ante el asedio del campeón germano. El conjunto entrenado por el suizo de origen gallego Gerardo Seone solo podía contemplar impávido cómo su rival se recreaba en su vertiginoso despliegue en el que disfrutaba Grimaldo, el otro rayo del Leverkusen, también participativo en el primer tiempo.
El cuadro del vasco se ensañó con 'Die Fohlen'. Decidió cederles el balón, que tuvieran la iniciativa y se creyeran con posibilidades de remontar en el acto inical. Sin embargo, los esfuerzos de Pléa, Kleindienst y Stöger por empatar, con ocasiones bastante claras, fueron en vano y pasó lo que tenía que pasar.
Una nueva estampida de Frimpong por la banda desembocó en otro esférico cruzado al área local y, tras un rebote, fue recogido por las delicadas botas de Florian Wirtz, poco lúcido en la primera media hora de juego, que, a diferencia de su oponente, no perdonó.
Todo le salía mal a los de Seoane en la primera mitad. Cuando las tuvieron, no las embocaron y, cuando lo hicieron, el VAR se interpuso en su camino.
Al filo del descanso, un pase al corazón del área de Pléa fue introducido al fondo de la línea de meta forzada e involuntariamente por Hincapié al pretender despejarlo, dado que la patada de Kleindienst, emparejado con el defensa y buscando el balón, encontró en su lugar el talón derecho del ecuatoriano. El colegiado Robert Schröder no tuvo otro remedio que anularlo al consultarlo en el monitor tras aviso previo.
La acción fue un gran petardazo para 'Die Fohlen' y le sentó de tal manera a sus aficionados que, en la reanudación, el partido permaneció detenido hasta siete minutos, después de que se levantara una gigantesca humareda que cubrió el Borussia-Park desde uno de los fondos por el uso de bengalas y material pirotécnico.
Aún con la espesa niebla sin disipar, echó de nuevo a rodar el balón. El intento de intimidación por parte de los más exaltados hinchas de casa pareció no bajarle los humos a 'Die Werkself'. Un balón filtrado a espaldas de la defensa paró en los pies de Frimpong, un coloso durante toda la noche, que, solo ante el meta Omlin, no acertó al tratar de picar por encima.
Esta vez era el Bayer Leverkusen el que había perdonado la sentencia y sería su rival el que le daría de su propia medicina. La aspirina en su caso.
Una falta colgada al área fue reorientada de cabeza con precisión por el central japonés Itakura para que el suizo Elvedi propinara un durísimo testarazo que fue detenido milagrosamente por Hradecky, pero rematado en segunda instancia por el helvético a puerta vacía. La revisión por la ajustada posición del japonés en el primer toque casi desquició del todo a la afición del 'Die Fohlen'.
Ante las dudas generadas por el tanto, Xabi Alonso movió el banquillo. Sacó a Martin Terrier, uno de los fichajes de este verano, por Hofmann, despedido entre abucheos por su pasado en el Borussia, y los campeones lanzaron una nueva ofensiva.
El francés, nada más saltar al césped, y Boniface dispusieron de sendos remates a puerta, especialmente peligroso el del nigeriano. Los minutos siguientes, en los que debutó en Bundesliga el español Aleix García, transcurrieron entre ocasiones malogradas por el Leverkusen, que pudo colocar la rúbrica.
No lo hizo y su rival les administró de nuevo la dosis del que perdona lo paga. Otro balón enviado cerca de la portería, esta vez raso, fue rematado desde el suelo por Kleindienst, más espabilado que su marcador Tapsoba, al fondo de la red.
Ante el inesperado panorama y con diez minutos de añadido por delante, el Leverkusen intentó echar mano, como en tantas ocasiones la pasada temporada, de la agónica épica para resolver el partido en los minutos finales. Grimaldo la tuvo en las postrimerías del choque, pero su remate con la derecha se fue mínimamente por encima del arco.
Y cuando todo se intuía destinado al primer pinchazo del defensor del título, emergió de nuevo la mística aura que parece acompañar a los jugadores del técnico tolosarra.
Un afortunado penalti cometido por el japonés sobre el marroquí Adli en el minuto 99, tras aviso del VAR, fue transformado por Wirtz, inédito también en el segundo tiempo, tras recoger el rechace de su propio disparo detenido inicialmente por Omlin y le sumó al Leverkusen los primeros tres puntos de su casillero.
Xabi Alonso avisó en la previa del duelo que, pese al histórico triunfo cosechado el curso pasado, el Bayern Múnich volvía a ser el gran favorito para la nueva temporada alemana.
De momento, en el primer partido de la Bundesliga, teniendo que tirar de nuevo de una victoria inverosímil, los de la aspirina lanzaron el mensaje de que la Ensaladera que les acredita como campeones no será una bandeja de plata servida para el que se espera que sea su gran rival.
RJ