Un gol del belga Romelu Lukaku a la media hora, propiciado por un error defensivo del Al Hilal saudí, llevó al triunfo al Chelsea ante el campeón asiático (0-1) y a la final del Mundial de Clubes.
Será el segundo intento del conjunto londinense de proclamarse campeón del mundo después del fallido de hace diez años, cuando fue superado por el Corinthians brasileño. Fue aquél un duro revés para la entidad inglesa. Esa derrota fue la única vez que un campeón europeo no consiguió el trofeo en las últimas catorce ediciones.
El Chelsea buscará el título ante el Palmeiras brasileño en la final del sábado, que alcanzó con menos solvencia de la esperada frente un rival inferior que no se dio por vencido hasta el final.
De hecho, en la segunda parte puso en aprietos la meta del español Kepa Arrizabalaga a pesar de que el equipo de Leonardo Jardim acusó falta de talento en los metros finales para cuestionar la victoria de su rival.
Al Chelsea le bastó con aprovechar los errores del cuadro saudí. El gol llegó así. Un centro desde la izquierda de Kai Havertz al punto de penalti fue mal despejado por Yasir Al Shahrani, que dejó la pelota en los pies de Romelu Lukaku, solo ante el portero y que no tuvo dificultad alguna desde el área pequeña para llevala a la red.
No le hizo falta más al cuadro de Thomas Tuchel. Permitió que el Al Hilal llevara la iniciativa y tuviera más el balón, que al final se perdía en acciones sin peligro.
Puso más ímpetu el campeón asiático en la segunda parte, pero no inquietó al Chelsea. Matheus Pereira remató en buena posición a falta de un cuarto de hora, pero su tiro se marchó desviado. El resto de acometidas del conjunto saudí fueron solventadas por Kepa sin dificultad.
El triunfo del Chelsea no peligró y cerró el compromiso con una esperada victoria para cumplir y situarse en la final por el título.
AM