La reciente asamblea de dueños sobre la reestructura de la Liga de Expansión se llevó a cabo a puerta cerrada, lo que ha generado críticas por la falta de transparencia y descontento entre distintos sectores del futbol mexicano.
Casos como los de Celaya, Cimarrones y Aguacateros se volvieron foco de controversia ante la ausencia de explicaciones claras respecto a su exclusión o su estatus dentro del nuevo modelo competitivo.
En el caso de Cimarrones, se informó que el club decidió resguardar su certificado de afiliación durante un año de pausa y actualmente se prepara para regresar a la actividad, motivo por el cual no participó en la primera fase del reordenamiento.
Celaya, entre versiones cruzadas y una venta en duda
La situación de Celaya es más compleja. Existen diversas versiones sobre el futuro del equipo, y de acuerdo con fuentes cercanas a la asamblea, la familia Achar habría vendido la franquicia al empresario Ronald Baroni, actual dueño del Club Deportivo Lugo de España.
No obstante, en semanas recientes la familia Achar volvió a aparecer ofreciendo la franquicia, lo que ha generado serias dudas sobre la legalidad de la primera operación.
La situación se complica debido a que Baroni es también representante de jugadores y las gestiones siempre se realizaron a través de su socio, Carlos Benavides, un hecho que ha levantado reservas dentro del sistema federativo.
Aguacateros, fuera del radar desde el inicio
Por otro lado, la exclusión de Aguacateros generó múltiples rumores. En un principio se especuló en redes sociales que la Liga de Expansión había negado su ascenso, pero la realidad apunta a otra dirección: fue la Liga Premier, en coordinación con la Federación Mexicana de Fútbol, la que definió de manera directa qué equipos serían invitados al nuevo esquema de competencia.
No hubo votación, discusión ni propuesta formal. La única comunicación oficial fue la notificación del ingreso de Irapuato, cuya inclusión fue aceptada sin debate. El nombre de Aguacateros, nunca fue puesto sobre la mesa.
Aunque algunas dudas han sido aclaradas, el proceso dejó al descubierto una necesidad urgente: mayor claridad y comunicación institucional para evitar que los rumores se impongan sobre los hechos.
MP
bimc