Mermado por la temprana expulsión de Skriniar, el Inter sucumbió este lunes en casa (0-1) ante un atrevido Empoli, que aprovechó la superioridad numérica para tumbar con argumentos al reciente supercampeón de Italia.
Buscó el Inter en el Giuseppe Meazza, en casa y ante su gente, aprovechar el impulso obtenido después de arrollar al Milan en la final de la Supercopa italiana (0-3) para recuperar la solidez defensiva que había perdido en los dos últimos meses e intentar adelantar al Milan en la tabla para ejercer presión sobre un Nápoles que parece juega en una liga diferente.
No fue suficientes, ni si quiera, acabar el partido con Lukaku, Lautaro y Dzeko sobre el campo, intentando buscar un empate que nunca llegó ante un Empoli que llevó el partido donde quería, supo atacar cuando debía y sufrir con oficio para llevarse el botín del mítico escenario italiano.
Y es que desde el principio se notó que el Inter no estaba tan bien cómo contra el Milan. Le costaba circular con claridad y, aunque tuvo buenas ocasiones, principalmente en las botas de Dimarco, concedió otras igual de claras para el Empoli, que hizo trabajar a Onana mucho más que los últimos rivales de los 'nerazzurri'.
El partido transcurría entre idas y venidas, dominio estéril del Inter y alguna que otra falta a destiempo cuando Skriniar condenó a los suyos con una entrada a la altura de la cabeza de Caputo que le costó la segunda amarilla. El Meazza se quedó en silencio viendo cómo su capitán, cuyo agente desveló en ese mismo instante en televisión que la renovación con el club no es posible en estos momentos, facilitaba el trabajo a los visitantes.
Reajustó Inzaghi su línea de cinco defensiva y sacrificó al 'Tucu' Correa, que volvió a desaprovechar otra titularidad con una primera parte intrascendente. El Empoli, pese a la superioridad numérica, cedió el balón y esperó agazapado su oportunidad, esa que le llegó en el minuto 66 en forma de contragolpe y que sentenció el recién incorporado Baldanzi con un disparo muy potente con su pierna zurda desde la frontal al que Onana no consiguió llegar.
El gol aumentó los nervios interistas e Inzaghi se vio obligado a quemar las naves. Lukaku y Dzeko junto a Lautaro para rescatar el empate. Fue el ariete serbio el que entró más enchufado y tuvo dos ocasiones para empatar, una de ellas contra el larguero.
Se mantuvo en sus trece el Empoli, que resistió las embestidas finales del Inter, desesperado al no poder perforar la meta defendida por Vicario y, por tanto, quedarse tercero empatado a puntos con el Roma de Mourinho, al tiempo que brinda una oportnidad de oro al Milan para coger distancia en caso de ganar al Lazio.
El Empoli, por su parte, asciende a la novena posición y suma su quinto partido sin perder, en lo que está siendo una temporada muy buena de los 'azzurri', que el curso pasado pelearon por no descender.
AM