La Selección Mexicana cayó por séptima ocasión consecutiva ante Estados Unidos 0-2 en la final de la Nations League en el Dallas, Texas.
El equipo de 'Jimmy' Lozano no tuvo el mejor de los partidos, ya que en ningun momento se vio reacción y mucho menos futbol por parte del combinado azteca.
Los de Las Barras y las Estrellas le jugaron como siempre lo hacen a México desde que está Gregg Berhalter en su banquillo: a esperar, a y a aprovechar las jugadas al frente que se les presentan.
El primer tiempo fue equilibrado en cierta medida aunque las jugadas de mayor peligro fueron para Estados Unidos, primero 'Memo' Ochoa salvó en un tiro de Christian Pulisic, pero después antes de que se fueran al descanso no hace su recorrido ante un disparo lejano de Tyler Adams que solo hizo ver la anotación más espectacular.
El segundo tiempo de México fue espantoso, la desesperación empezó a apoderarse de ellos con faltas en cualquier sector del campo y al minuto 63 'Gio' Reyna puso el ‘dos a cero’, una fiesta completa para los locales
Ya con ese marcador que es tan tormentoso para los mexicanos cuando enfrentan a Estados Unidos desde la banca Lozano intentó reaccionar, no tuvo más que tratar de hacer algo con Orbelín Pineda y Santiago Giménez, pero no fueron el revulsivo que se esperaba.
La ilusión mexicana creció cuando el árbitro señaló un penal a su favor, Santi tomó la pelota y se destinaba a cobrar la pena máxima, pero todo se fue por un pozo sin fondo cuando el VAR detectó que no había falta y anuló su marcación.
Los minutos pasaron y la fiesta era estadounidense, en la tribuna solo coreaban el marcador para terminar de atormentar a un equipo mexicano inoperante que fue el reflejo de su entrenador que no supo qué hacer con el partido.
Cuando el partido estaba por terminar apareció el grito homofóbico desde la tribuna en cada uno de los despejes de Matt Turner y después de cinco gritos fue el que el silbante decidió detener el juego como parte del paso 1 del protocolo de la Concacaf.