El señor Juan Fernando es el jefe de la familia Valle y al igual que él, su esposa, hijos y nietos son panzas verdes de hueso colorado y desde que tiene memoria, gane o pierda siempre apoyan a la fiera, tanto, tanto que hasta el carrito en el que vende raspados en el Barrio de San Miguel lo pintó de verde en honor al equipo de su corazón.
Este domingo mientras vendía sus deliciosos raspados de diferentes sabores, ya estaba esperando la hora para reunirse con su familia y ver el partido, acompañados de una botanita al estilo León como una carne molida y unas “caguamas” que no pueden faltar.
El aficionado comentó que desde que la Unión de Curtidores se desintegró como equipo hace más de 20 años, le va al León y que le ha dejado grandes experiencias como cuando se llevó el bicampeonato.
“La más padre es la del bicampeonato y ahorita que no contábamos con el técnico que nos fuera a dar resultados, pero qué bueno que llegó haciendo bien las cosas, la mayor parte de mi familia la va, hay como uno que le va”, comentó.
Teresa de Jesús es hija de don Fernando, tiene cuatro hijos y al igual que sus abuelitos, todos traían la playera del León y dijo que desde que recuerda le va a los verdiblancos porque es una de las herencias que le han dejado sus papás.
“A lo mejor mi papá no me lo inculcó, pero yo lo vi y lo fui haciendo también mío, así sin que él me dijera ‘le tienes que ir al León’. Cada final nos juntamos a ver el partido y ya comemos lo que se pueda comer ya sea una carne asada o carne molida”, comentó.
La familia vende raspados justo enfrente del templo del Barrio de San Miguel, en el jardín donde mucha gente ya lo conoce, incluso, el elotero que se instala a un costado de ellos le va a la América y se divierten mientras trabajan.
Don Fernando dijo que cuando el León gana la vibra en la ciudad cambia durante toda la semana, incluso, mucha gente anda más de buen humor y permanecen con las banderas y las playeras de León por varios días.
PCQG