El Club Tigres, nacido oficialmente el 7 de marzo de 1960, surgió de una metamorfosis del equipo Jabatos, fundado tres años antes y cedido a la Universidad Autónoma de Nuevo León.
El equipo se había formado con jugadores de los llanos y las ligas amateurs del fútbol regiomontano por convocatoria de Lauro Leal, César M. Saldaña, Manolo Pando y Ramón Pedroza Langarica, quienes los llevaron al Deportivo Anáhuac.
Orígenes de la afición y del club de los Tigres de la UANL
Los Tigres tuvieron su origen en los Jabatos de Nuevo León, un equipo modesto fundado en 1957 que fue cedido a la UANL en 1960, transformándose en Tigres y adoptando los colores azul y amarillo.
Para ganarse al público, los jugadores salían del estadio y saludaban de mano a los aficionados, especialmente a los de menor poder adquisitivo. Esto les ganó el apodo de “equipo del pueblo”, a diferencia de Rayados, percibido como el club del sector empresarial.
Tras el descenso de Tigres en 1996, comenzaron a surgir estrategias nuevas por parte de Cemex y Femsa, ahora a cargo del club: promociones familiares, abonos de temporada accesibles, actividades para atraer a las familias al estadio. Todo eso reforzó un clima de inclusión y pasión.
El regreso inmediato a Primera División, el apoyo incondicional en semifinales y finales e incluso los viajes masivos a partidos ante la Libertadores consolidaron una base fiel de seguidores que se convirtió en afición modelo. Se popularizó la frase: “Si no es temporada, no importa; pero cuando Tigres está en Liguilla, llegan todos”
¿Por qué se les llama "Incomparables"?
El famoso apodo “Incomparables” (o "La Incomparable") surgió como una forma de destacar la pasión, fidelidad y lealtad de la afición de Tigres:
En 2013, durante el Clásico Regio 97, los seguidores en las tribunas formaron un mosaico azul y amarillo que mostraba la leyenda “Incomparable hay una sola”, un símbolo visual potente que se viralizó y fue reconocido como marca positiva de la porra “Libres y Lokos”
Jugadores como Lucas Lobos también han reforzado la idea: para él, “no hay otra afición como la de Tigres” por su constancia y entrega incondicional. La afición “La Incomparable” no nació por casualidad ni desde un evento puntual, sino que es el resultado de un proceso de décadas:
- El club se forjó como equipo del pueblo mediante gestos de cercanía.
- El respaldo se mantuvo firme incluso en el descenso.
- La caída, recuperación y modernización del club consolidaron una afición que se volvió símbolo de perseverancia.
RJ