El mexicano Javier Aguirre, técnico del Mallorca español, ha afirmó que la culpa de que su equipo no dependa de sí mismo para eludir el descenso a falta de tres jornadas es del propio equipo por encajar una goleada (2-6) ante el Granada, pero aseguró que su equipo "anímicamente está fuerte, ya recuperado" para afrontar este miércoles el partido ante el Sevilla en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán.
"Toda derrota trae consecuencias, y no dependemos de nosotros mismos por culpa nuestra, como le dije a los jugadores", afirmó Aguirre este martes en rueda de prensa.
El "Vasco" insistió que ante el Sevilla hará cambios y que tiene "clarísimo" como jugarle a un rival "intenso, fuerte, con buen trato de la pelota". "Será complicado porque, como nosotros, también se está jugando cosas importantes", incidió.
"Tengo clarísimo el equipo y la forma de jugar. De aquí al final no hay ningún escenario bueno, tenemos que salir a ganar porque recurrir a la calculadora no es buena receta", precisó el técnico azteca.
A la pregunta de si la plantilla ya se ha recuperado del mazazo ante el Granada, respondió: "Sacaré a los once que veo mejor. Desde que llegué, mi objetivo ha sido buscar al jugador que ha estado bien en la semana en función del partido que tenemos. Y eso haré mañana. Saldrán a los mejores que he visto desde la derrota ante el Granada".
Y añadió: "Ayuda mucho que el partido llegue rápido, lo piden los jugadores porque quieren resarcirse rápidamente para no estar toda una semana con tu familia dándole vueltas y ver los errores flagrantes que cometiste. Los chicos quieren otra vez guerra".
Con respecto al once que alineará en Sevilla, Aguirre no dio pistas, aunque sí confirmó que recupera al central argentino Franco Russo y que pierde al senegalés Amath Ndiayé porque este martes se resintió de una reciente operación.
Sobre las secuelas del 2-6 ante el conjunto nazarí que envió a su equipo a la zona de descenso y las duras críticas del mallorquinismo en la redes sociales, el entrenador bermellón admitió que "el matrimonio entre afición y equipo se ha roto merecidamente".
"Nada más terminar el partido pedí perdón inmediatamente. Lo hice como portavoz del sentimiento del vestuario; desde entonces boquita cerrada y a trabajar para el partido siguiente, eso es lo que hay que hacer", zanjó.
Aguirre, finalmente consideró la posibilidad de que los actos previos y el multitudinario recibimiento al equipo en las horas anteriores al partido con el Granada pudieran haber afectado al rendimiento de sus futbolistas.
"Me he hecho esa pregunta y es difícil saber si les pudo la presión. Porque lo preguntas y no te lo dicen. Un jugador que está en Primera División debe estar preparado para tener una presión hostil o amigable. Si no eres capaz de resistir la presión de la prensa o del público y no rindes como profesional no puedes estar en Primera. Y yo soy un convencido de que todos mis jugadores si son capaces de soportar esa presión", remarcó Javier Aguirre.
SARB