El Juventus consiguió escapar de unas semanas para el olvido, en las que mostró su peor versión en años, con una cómoda y contundente victoria sobre el Bolonia (3-0) de la mano de Vlahovic, que terminó el partido con un gol y una asistencia, que permiten tanto al conjunto turinés como al ariete serbio reforzarse ante las críticas y centrarse de pleno en el trascendental encuentro de Liga de Campeones ante el Maccabi Haifa israelí.
La 'Juve' que compareció este domingo recordó a la 'Juve' peligrosa que apareció en fases de la pasada temporada y que en esta solo se vio en la primera jornada, en el 3-0 ante el Sassuolo.
Lo hizo ante un Bolonia que le dejó correr, algo que beneficia mucho al equipo de Allegri, falto de ideas a la hora de elaborar, de realizar movimientos sincronizados para generar espacios y a la hora de conectar con precisión para culminar la jugada.
Apostó Allegri, jugando cada encuentro como si fuera bola de partido, por una defensa de cuatro, con Danilo en el lateral derecho y Bonucci de titular en el centro de la zaga; y con una doble delantera formada por un Milik que ha cumplido desde su llegada y un Vlahovic bajo la lupa.
La zaga de la 'Vecchia Signora' fue un muro sólido, con un perfecto entendimiento entre Bremer y Bonucci que condujo a mantener la puerta a cero desbaratando cualquier tentativa boloñesa. Con espacios a la espalda de la defensa visitante y con hueco entre líneas, la 'Juve' lo tuvo más sencillo para ganar metros, y tuvo en Kostic un aliado por la banda izquierda a la hora de nutrir de balones a los dos arietes titulares, que siempre llegaban acompañados al área por la segunda línea, bien Rabiot o McKennie.
El tanto no se hizo esperar y, antes de que se cumplieran los primeros veinticinco minutos, los tres protagonistas del ataque juventino intervinieron para crear el tanto. Milik robó en el centro del campo, Vlahovic comandó la contra y decidió en el momento preciso para dejar el balón a Kostic, que vio puerta tras un golpeo mordido.
Medio trabajo estaba hecho, tocaba mantener el resultado. Una tarea que durante este inicio de campaña se le ha atragantado al conjunto blanquinegro, siempre cediendo el mando a su rival cada vez que se adelantaban en el marcador. Ante el Bolonia fue diferente, continuó presionando y yendo al ataque. Pudo, de hecho, ampliar la ventaja antes del descanso, pero Skorupsi sacó una preciosa mano sobre el remate de Milik.
La sensación que transmitió la 'Juve' en su estadio era de seguridad. Los pases, las indicaciones, las decisiones, los cortes, los desmarques... todo funcionaba. Sin embargo, esta 'Juve' no puede fiarse ya de las sensaciones, solo puede fiarse del marcador.
Y para eso está Vlahovic, el centro del proyecto juventino. Criticado en las últimas semanas por una evidente bajada de rendimiento, acalló las críticas con el tanto de la tranquilidad en el minuto 59. Un remate de cabeza que culminó otra contra letal provocada por los espacios que dejó el Bolonia.
Casi sin tiempo para celebrar, Milik se unió a la fiesta con un golazo desde la frontal al fusilar, sin dejar que el balón botara, a Skorupsi, con tal virulencia que fue como si se tomara la venganza personal por la parada del primer acto.
Reaccionó la 'Juve' tras un parón de selecciones que parece haberle venido bien para despejarse y justo antes del trascendental encuentro ante el Maccabi Haifa israelí en Liga de Campeones, clave para mantener las opciones vivas de clasificación a los octavos de final del torneo continental.
La tormenta que caía sobre Turín ha dado un respiro. La conexión serbia entre Kostic y Vlahovic ya da sus frutos, y Milik ha llegado para sumar. Con esta victoria que, aunque de urgencia, fue contundente, la 'Juve' se reconcilia con la victoria cuatro jornadas después, se coloca séptima, a tres puntos de los puestos europeos, y se reencuentra con la dinámica positiva para el partido de Liga de Campeones. Solo queda una parte, vencer al Maccabi Haifa.
MN