La Real Sociedad ha puesto punto final a una mala racha de resultados derrotando 1-2 al Mallorca en Son Moix con un cabezazo de Mikel Merino en el minuto 92, cuando el 1-1 que habían establecido Antonio Sánchez y Takefusa Kubo en el primer tiempo parecía inamovible.
El conjunto que dirige Imanol Alguacil jugó toda la segunda parte con superioridad numérica en el campo por la expulsión de Antonio Raillo al filo del descanso.
Mallorca y Real repetirán el duelo en nueve días más en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey que se disputará en San Sebastián tras el 0-0 de la ida en Palma.
El partido comenzó de la mejor manera posible para el equipo balear con el gol de Antonio Sánchez (min. 3), y finalizó con los peores augurios para el mallorquinismo con la expulsión de Raillo, que vio dos tarjetas amarillas en un minuto en el tiempo de prolongación de la primera parte.
El colegiado González Fuertes y sus ayudantes se fueron al vestuario bajo una pitada monumental del público y con todo el banquillo local protestando.
No sólo por esa decisión, que obligaba a los bermellones a afrontar la segunda parte en inferioridad numérica, sino también porque en el gol de Take Kubo -que no celebró por su pasado mallorquinista- hubo una posible falta previa a Muriqi, que el árbitro no apreció como tal.
El Mallorca, con una dupla ofensiva casi inédita esta temporada formada por Muriqi y Larin, empezó el choque con una madrugadora ventaja en el marcador.
El 1-0 lo marcó Antonio Sánchez (min. 3), un extremo que no contaba para Aguirre el pasado verano, pero que está siendo primordial; el canterano mallorquín, además, anotó su segundo gol consecutivo tras el que materializó ante el Rayo la pasada jornada.
La Real apretó de inmediato para dominar las acciones ante un rival cada vez más encerrado atrás. El conjunto vasco había afrontado el choque con nueve de los once jugadores que Imanol Alguacil alineó ante el PSG en la Liga de Campeones.
No jugaron de inicio, como lo hicieron en París, André Silva y Barrenetxea; y en su lugar entraron Zakhartyan y Sadiq.
Kubo, con su habilidad, regate seco y velocidad, fue la gran amenaza de los donostiarras para la defensa de cinco que forma Aguirre, de ellos tres centrales.
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El nipón igualó la contienda con un disparo que superó a Rajkovic y también habilitó a Zubimendi (min. 12) en un contragolpe que el de San Sebastián no supo finiquitar.
El Mallorca, con uno menos en el terreno de juego, centró todos sus esfuerzos en mantener las tablas. El punto sabía a victoria vistas las circunstancias y a ese objetivo se encomendó con fervor.
La Real reforzó su ataque (entraron André Silva, Pacheco y Barrenetxea) y puso cerco a la portería de Rajkovic y sus compañeros, que aguantaron hasta el minuto 92 cuando Mikel Merino se elevó para conectar un cabezazo impecable que dio tres puntos vitales a su equipo y puso fin a una racha adversa.
MP