Tras sufrir la primera derrota de la temporada ante el Liverpool (2-0) en la Liga de Campeones, el Napoli reivindicó su posición de líder absoluto de la Serie A ante el Atalanta (1-2), segundo en la tabla, al que remontó para abrir una brecha de ocho puntos.
Sin Kvaratskhelia en el campo, el Napoli de Spalletti pierde chispa en ataque, es menos reconocible. Y es que el georgiano ha conseguido ser una pieza indispensable del equipo partenopeo en menos de tres meses, un clavo al que su equipo siempre puede agarrarse para salir adelante.
Esta vez no lo tuvo disponible el técnico italiano cuando se vio por debajo en el marcador. No acostumbra el Nápoli esta temporada a ser el que encaja primero el golpe, y menos a no ser el que lleva el ritmo del juego.
Los de Gasperini, menos ofensivos que en temporadas pasadas pero mucho más sólidos en el carril central, incomodaron a los visitantes bajo el aliento de su afición hasta que llegó la oportunidad para adelantarse en el marcador tras una mano clara de Osihmen dentro del área.
No falló Lookman el penalti en el minuto 19 y abrió el marcador, colocando un 1-0 en el luminoso que acercaba a la 'Dea' al Nápoli en la tabla.
Pero Osihmen no permitió que su error condenara todo el trabajo realizado hasta ahora por los 'azzurri' y se desquitó del penalti cometido con un testarazo a los 23 minutos, igualando la contienda y dando impulso anímico a un Nápoli que reaccionó al tanto encajado con soltura, madurez y sin nerviosismo, con la mentalidad que ha caracterizado a los partenopeos desde el inicio de campaña.
Poco a poco, los visitantes fueron inclinando la balanza a su favor. Tras una imagen pobre en los primeros minutos, irreconocible, el Nápoli recuperó su identidad con circulaciones precisas, la solidez defensiva que le caracteriza, con un imperial Kim Min-Jae en el centro de la zaga, y con la profundidad del 'Chuky' Lozano y Elmas por las bandas.
Precisamente fue este último, el macedonio, el que firmó el gol que certificó la remontada antes del descanso tras una jugada en la que Osihmen fue, de nuevo, el protagonista. El ariete nigeriano exhibió su fuerza, su velocidad y, sobre todo, su mentalidad, esa que no le deja dar un balón por perdido, para ganarle la batalla a Demiral en línea de fondo y servir en bandeja una asistencia a su compañero, que desde el punto de penalti rubricó el 1-2.
Movió Gasperini sus piezas en la segunda mitad y agitó el partido con la entrada del siempre peligroso Malinovsky y de Zapata en la ofensiva. La entrada de ambos dio un arreón de energía a los locales, que rondaron el área napolitana sin éxito. Spalletti dio entrada a Simeone para oxigenar la presión ofensiva después del trabajo de Osihmen y el argentino, que atraviesa un gran estado de forma pese a ocupar un plano secundario en el equipo, tuvo el 1-3 en sus botas, pero cruzó demasiado su disparo.
Lo intentó el Atalanta hasta el final, pero no pudo conseguir lo que nadie ha logrado hasta el momento en la temporada, vencer en la Serie A al Nápoli, un equipo que, eso sí, por el cansancio de disputar partidos entre semana está mostrando una versión más frágil que al inicio de la temporada.
A dos jornadas para la pausa mundialista, el Nápoli es el líder indiscutible del campeonato italiano. El Atalanta consiguió asustarle durante los cuatro minutos que estuvo mandando en el luminoso, pero salvo derrotas inesperadas ante Empoli y Udinese, los 'azzurri' serán campeones de invierno.
AM