¿Se irá o no se irá? El futuro de Neymar alimenta las especulaciones desde el final de la ostentación decretado en el París SG. En espera de ver su situación clarificada, la estrella brasileña hace como si nada pasara, aunque debe ser consciente de los rumores sobre su posible marcha.
Con la llegada del dúo Christophe Galtier-Luis Campos a la dirección deportiva del campeón de Francia, la disciplina fue erigida como valor cardinal y Neymar, con un modo de vida a veces criticado, se sabe analizado.
"No queremos más ostentación, bling-bling, es el fin de las lentejuelas", había explicado el 21 de junio en Le Parisien el presidente Nasser Al-Khelaifi, en una declaración que podría tener como destinatario al exjugador del Santos y del Barcelona.
Eso sirvió para alimentar las especulaciones sobre un traspaso del número diez brasileño, fichado a precio de oro en 2017 por 222 millones de euros (224 millones de dólares), una cifra récord.
Cuando el centro de gravedad del PSG se ha desplazado hacia Kylian Mbappé tras su prolongación hasta 2025 y Lionel Messi es intocable, Neymar (30 años), cuya carrera parisina se ha visto jalonada de graves lesiones, ya no es considerado como un activo indispensable a los ojos de los dirigentes parisinos.
Ecuación compleja
Sobre todo tras una temporada muy decepcionante (13 goles y 8 asistencias en 28 partidos entre todas las competiciones), marcada por una nueva desilusión en Liga de Campeones, la eliminación en octavos de final contra el Real Madrid, que se llevaría el título al final.
En caso de oferta satisfactoria, el PSG está dispuesto por tanto a pasar la página. Pero la ecuación es muy compleja y el brasileño, que no muestra unas ganas locas de dejar París, está en posición de fuerza.
Neymar es consciente de ello: los clubes capaces de alinearse a su salario astronómico (más de 4 millones de euros - 4,03 millones de dólares- mensuales) no son muchos. Tras haber visto en 2021 su contrato reconducido hasta 2025, el propio jugador activó dos cláusulas que le permiten estirarlo dos años suplementarios (2027), según L'Equipe. Y si un compatriota y excompañero en el PSG, Thiago Silva, le ha hecho llamados para que se vaya al Chelsea, nada en sus declaraciones deja entrever deseos de marcha.
Abucheado por los aficionados del PSG al final de la temporada recién terminada, Neymar no pestañeó. "Van a cansarse de silbarme, ya que me voy a quedar", afirmó.
El Mundial en el punto de mira
Y mantuvo el mismo tono a finales de mayo: "Por ahora, nada ha llegado a mis oídos, por lo que por mi parte, la verdad es que me quedo".
El nuevo entrenador del PSG, Christophe Galtier, fue también categórico el 5 de julio. "Evidentemente que deseo que Neymar se quede, ya que cuando tienes jugadores de clase mundial, es mejor tenerlos contigo que en contra tuyo", lanzó el técnico.
Desde su llegada a Japón el domingo para una gira de diez días con el club francés, Neymar muestra una amplia sonrisa y se presta voluntariosos a los muchas operaciones de márketing.
Nada que ver con su actitud malhumorada de 2019 cuando había acompañado al equipo a una gira estival en China arrastrando los pies, esperando un regreso al FC Barcelona que no se dio.
La proximidad del Mundial de Qatar (21 de noviembre-18 de diciembre) constituye un tema esencial y no incita a Neymar a cambiar de aires. Al contrario, el brasileño se muestra más determinado que nunca a brillar la que considera como la "última" gran cita de su vida de futbolista.
"Esta temporada, todos los remates van a entrar, los tiros libres, los cabezazos", aseguró recientemente en un directo en Facebook con sus seguidores. "Me siento bien. Estoy confiado. He entrenado mucho durante mis vacaciones", anunció.