Sin brillo pero con mucho oficio, la Real Sociedad sumó un sufrido triunfo en Balaídos, donde ganó 1-2 con un tanto de Zubeldia en el inicio del segundo tiempo y superó en la clasificación al Athletic Club tras el pinchazo de éste ante el Atlético de Madrid.
El equipo donostiarra sufrió hasta el final para conservar su séptima victoria consecutiva entre Liga y Liga Europa. Apenas tuvo el balón pero supo explotar la fragilidad defensiva de su rival a balón parado para alargar su idilio con el estadio celeste.
En la primera parte se jugó muy poco tiempo real pese a los ocho minutos de añadido por las constantes interrupciones. El partido apuntaba a ser abierto, de intercambio de golpes, pero fue una batalla táctica.
Coudet, que nunca ha ganado a Imanol, ordenó a sus jugadores presionar en campo rival para anular a los futbolistas más creativos de la Real, y la táctica le funcionó de maravilla pese a que la Real Sociedad le golpeó en su primera aproximación.
Fue en el minuto 30, después de un mal despeje de Gabri Veiga desde el suelo. El balón le cayó a los pies del capitán txuri-urdin al borde del área. Illarra acomodó su cuerpo, le pegó con la zurda y colocó el balón pegado al palo corto, haciendo inútil la estirada de Agustín Marchesín.
El mazazo, inmerecido, todavía pudo ser mayor para los celestes porque cuatro minutos después, tras un gran pase al espacio de Diego Rico, Sorloth ganó en velocidad al central Aidoo para plantarse en el área gallega pero su remate se estrelló en la red lateral.
El Celta no varió su guion, con las líneas juntas en defensa y agarrado a la creatividad de Gabri Veiga. El canterano brilló de nuevo en la construcción del juego. En ataque, el delantero noruego Larsen era una pesadilla para los centrales. La joven promesa celeste sigue sin marcar, pero su trabajo es incansable.
El tanto del empate llegó tras un monumental error de Zubimendi. En la construcción del juego, al borde de su área, entregó el balón a Iago Aspas, y el goleador gallego no desaprovechó el regalo para batir a Remiro.
Movió ficha tras el paso por los vestuarios Imanol Aguacil. Introdujo a Mikel Merino por el goleador Illarra, que había visto tarjeta en el primer tiempo. Y su equipo castigó la fragilidad defensiva del Celta a balón parado muy pronto.
El gol de Zubeldia llegó tras un saque de esquina que forzó Merino con un disparo cruzado que desvió Marchesín y Javi Galán, amenazado por Kubo, mandó después a córner. Lo ejecutó Brais Méndez al segundo palo, y ahí el central vasco, libre de marco, castigó el desajuste defensivo del Celta.
Al equipo de Coudet le tocaba remar de nuevo. Le quedaba algo más de media hora. El técnico argentino buscó mayor mordiente con Carles Pérez, y el exfutbolista de la Roma reactivó a los suyos. Suya fue la mejor ocasión celeste, pero Remiro le negó el empate con una gran parada a uno mano.
Siguió el Celta atacando, ya con tres delanteros en el campo -Aspas, Larsen y Paciencia-, pero la Real Sociedad tiró de oficio para conservar un triunfo de mérito en Vigo.
MP