Desplazados por el huracán Ida, los Saints de Nueva Orleans volvieron al trabajo el lunes, alejados a unos 800 kilómetros y en la casa de otro equipo de la NFL.
Los jugadores y personal de los Saints, así como 120 integrantes de sus familias, se fueron al norte de Texas antes de que la tormenta azotara Nueva Orleans el domingo como un potente huracán de categoría 4 y con vientos de 240 kilómetros por hora y que dejó a toda la zona sin energía.
El entrenador en jefe Sean Payton informó que el equipo entrenará hasta el miércoles en el Estadio AT&T, casa de los Cowboys de Dallas. El equipo había previsto tomar un descanso posterior a esa fecha.
“Dejamos atrás departamentos, condominios y casas. Esas son cosas físicas. Sin embargo, son los hogares de muchas personas”, reconoció Payton. “Tuvimos una reunión de equipo esta mañana”.
Los Saints tienen programado reanudar sus entrenamientos el próximo lunes, aunque Payton señaló que sería poco realista que podrían hacerlo en sus instalaciones en Metairie, Luisiana.
Payton aseguró que no había sabido nada sobre su primer juego en casa, programado para el 12 de septiembre ante los Packers de Green Bay, y que se debería disputar en el Superdome.
“Obviamente tendremos un plan B. Y sabemos que hay otras cosas que serán prioritarias para la ciudad”, reconoció Payton.
El despacho del gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, describió el daño a la red eléctrica como "catastrófico" y las autoridades advirtieron que podría tomar semanas restaurar la energía completamente.