Ofelia Chávez, directora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza (CENIDI-Danza) recordó a José Limón como un “hombre de fuerte personalidad y fina cortesía, bailarín sensible, luminoso y de poderosa presencia, coreógrafo de 74 obras, creador no solo de un estilo sino de una técnica dancística que legó a posteriores generaciones y que se enseña en diversas partes del mundo”.
La relación que Limón tuvo con la danza comenzó cuando éste tenía 20 años y vio en la ciudad de Nueva York un espectáculo que le hizo ver que en la danza estaba su futuro.
Una de las principales aportaciones de José Limón fue su método de enseñanza, pues sistematizó una técnica derivada de los movimientos de su propia obra y de los principios analizados por su entonces mentora Doris Humphrey, en temas como la caída y la recuperación, así como la tensión y la relajación.
Limón concibió al cuerpo humano como una orquesta en la que cada parte del cuerpo es un instrumento musical.
José Limón falleció el 2 de diciembre de 1972, a los 74 años de edad en Nueva Jersey. Además de Limón Dance Company existe en Estados Unidos el Instituto Limón así como la Fundación Limón que busca preservar su legado.