Miguel Martínez decidió tomar el camino del boxeo por su abuelo Heriberto Martínez, quien le propuso cambiar las peleas de la calle por clases de esta disciplina, por lo que ahora en los Juegos Olímpicos de París 2024 quiere darle la satisfacción de una medalla.
Martínez sufrió carencias antes de convertirse en un boxeador promesa para nuestro país, sin embargo, su abuelo siempre lo apoyó en todos los aspectos con la finalidad de que cumpliera sus metas deportivas y personales.
El duranguense comenzó a recibir una beca deportiva de 34 mil pesos por parte de la Conade, a partir del quinto lugar que obtuvo en el Campeonato Mundial de Uzbekistán 2023, ayuda que le permitió no pensar en el profesionalismo y dedicarse al cien por ciento en cumplir con el sueño olímpico.
El joven explicó lo que significa para él poder ir a los Juegos Olímpicos 2024.
“Es algo muy grandioso y, caray, es mucho trabajo, mucho sacrificio y por fin se me pudo dar después de dos ciclos olímpicos; es un sueño que deseaba como juvenil. Ahora estoy haciendo una buena preparación y fuerte, con eso ahí arriba todo se va a cumplir. Siento que ahora soy un boxeador a vencer y la verdad viendo eso me llena de más confianza de que soy un rival duro también”.
Martínez recordó que fue su abuelo quien lo inició en el mundo del boxeo, pues desde los 8 años comenzaba a llevarlo y en su casa le puso un costal para que empezara a practicar.
“Después vi una pelea de Óscar Valdez en un Mundial y eso me llamó mucho la atención, por lo tanto dije que algún día quería estar también ahí”.
El joven explicó que cuando era pequeño en la escuela y su colonia había muchos problemas porque “ahí es puro barrio”, por lo que creciendo vio cosas que probablemente no debía ver, así que en la calle le enseñaban a pelear, sin embargo, fue el box lo que lo forjó y le dio un carácter más tranquilo.
Martínez compartió que pese a que sufrieron dificultades económicas, no pensó en dejar el boxeo, su abuelo incluso llegó a quitarse el bocado para darle de comer a él, por lo que ahora busca llegar lejos para regresarle a su familia un poco de lo que le dio.
“Realmente mi abuelo era una persona muy movida, una persona que me enseñó a que no importa lo que pase, siempre hay personas, amigos y conocidos, con los que puedes contar. Se la pasaba pidiendo prestado, diciéndoles que no había para comer o para un agua. Uno cuando tiene hambre busca por todos lados para llegar a lo máximo, y eso me hizo fuerte, bárbaro y muy cabrón”.
Miguel también reconoció el apoyo que ha tenido por parte del Estado y la Conade, lo que ayuda a que ahora pueda sobrevivir sin problemas.
“Siempre he tenido el apoyo de Durango a cambio de nada, y la Conade me está apoyando por el quinto lugar en el Campeonato Mundial. Ahora todo está mucho mejor y puedo sobrevivir sin ningún problema”.
Finalmente, el joven explicó todo lo que significa para él ir a París y lo que ha tenido que pasar para poder estar clasificado para los Juegos Olímpicos.
“Pienso en felicidad, sacrificio, disciplina y constancia, pero por otro lado me recuerda mucho una operación que tuve y me quedé aquí en el CNAR como ocho meses, por lo que me perdí competencias mundiales y el proceso de Juegos Olímpicos. En ese momento tuve depresión, me acordé mucho de eso, cómo fue posible que de estar ahí, ahora ya estoy clasificado a unos Olímpicos”.
DR