Por unos momentos, tres jugadores de Rayados hicieron a un lado el futbol y el mal momento que atraviesa el Monterrey en la Liga MX para dedicar un tiempo de convivencia con niños que luchan por ganar el campeonato más valioso: la vida.
Los futbolistas albiazules, Aké Loba, Marcelo Barovero y Edson Gutiérrez visitaron el departamento de oncología de la Clínica 25 del IMSS, donde se especializan en niños que pelean contra el cáncer.
Invitados por la Asociación ‘Manos que sanan’, los elementos de la Pandilla saludaron a los niños que están internados y otros más que van a tratamientos, a quienes invitaron para que alguna vez acudan a apoyarlos en el Gigante de Acero.
“Es una obligación el darle un momento de alegría en una lucha tan complicada y difícil, esperemos que todos estemos abiertos a estas cosas. Son las cosas que a veces cuestan entender de la vida, pero hay fe y esperanza de que todo saldrá bien”, comentó Barovero al salir de la visita.
“Nadie está exento a esto, hay que tener fe, una sonrisa siempre puede alentar a muchos. (Esta visita) te llena, te ubica, te baja a lo que realmente es la vida, a valorar las pequeñas cosas que a veces no nos damos cuenta que es la salud”, agregó.
Por unos momentos, tres jugadores de Rayados hicieron a un lado el futbol y el mal momento que atraviesa el Monterrey en la Liga MX para dedicar un tiempo de convivencia con niños que luchan por ganar el campeonato más valioso: la vida.
Los futbolistas albiazules, Aké Loba, Marcelo Barovero y Edson Gutiérrez visitaron el departamento de oncología de la Clínica 25 del IMSS, donde se especializan en niños que pelean contra el cáncer.
Invitados por la Asociación ‘Manos que sanan’, los elementos de la Pandilla saludaron a los niños que están internados y otros más que van a tratamientos, a quienes invitaron para que alguna vez acudan a apoyarlos en el Gigante de Acero.
“Es una obligación el darle un momento de alegría en una lucha tan complicada y difícil, esperemos que todos estemos abiertos a estas cosas. Son las cosas que a veces cuestan entender de la vida, pero hay fe y esperanza de que todo saldrá bien”, comentó Barovero al salir de la visita.
“Nadie está exento a esto, hay que tener fe, una sonrisa siempre puede alentar a muchos. (Esta visita) te llena, te ubica, te baja a lo que realmente es la vida, a valorar las pequeñas cosas que a veces no nos damos cuenta que es la salud”, agregó.