Once jugadores de LIV Golf, incluidos Phil Mickelson y Bryson DeChambeau y los mexicanos Abraham Ancer y Carlos Ortiz, presentaron una demanda antimonopolio este miércoles contra el PGA Tour de Estados Unidos en la que reclaman poder competir en los playoffs de la próxima semana en Memphis.
La demanda, presentada en el Distrito Norte de California, desafía las suspensiones indefinidas impuestas por el comisionado de la PGA, Jay Monahan, a todos los jugadores que han jugado en los primeros tres eventos de la gira respaldada por Arabia Saudita.
La acción judicial es el primer enfrentamiento legal entre la serie rebelde y la PGA.
Con los eventos de la LIV Golf Series ofreciendo bolsas récord de 25 millones de dólares, algunos de los nombres más importantes del golf se unieron al circuito a pesar de las críticas sobre los abusos contra los derechos humanos en Arabia Saudita.
El australiano Matt Jones y los estadounidenses Talor Gooch y Hudson Swafford quieren una orden de restricción temporal para poder competir en el primer evento de playoffs de la Copa FedEx del PGA Tour la próxima semana en Memphis.
Los tres se habían clasificado para los playoffs en función de los puntos de la temporada antes de unirse a LIV Golf y fueron expulsados como resultado de jugar en esa serie.
Otros jugadores que presentaron la demanda incluyen, además de los mexicanos Ancer y Ortiz, al inglés Ian Poulter, y los estadounidenses Jason Kokrak, Pat Perez y Peter Uihlein.
Un memorando del comisionado de la PGA, Jay Monahan, a los jugadores obtenido por The Golf Channel decía que la gira confiaba en su posición legal con respecto a las suspensiones.
"Nos hemos estado preparando para proteger a nuestra membresía e impugnar este último intento de interrumpir nuestra gira y debe tener confianza en los méritos legales de nuestra posición", sugiere el memorando.
De su lado, en un comunicado a The Golf Channel, LIV Golf Series respaldó el movimiento de varias de sus estrellas. "Los jugadores tienen razón al presentar esta acción para desafiar las reglas anticompetitivas del PGA Tour y reivindicar sus derechos como contratistas independientes para jugar donde y cuando elijan".