La escaramuza charra es un deporte y tradición que nació en el siglo XX. Una escaramuza se conforma por ocho integrantes y su presentación consta de 12 ejercicios, los cuales son a alta velocidad, mismos que consisten en hacer cruces y giros, con lo que se demuestra la destreza que tienen las damas para montar y la buena rienda de sus caballos.
Las mujeres charras como son nombradas son clasificadas como mujeres valientes, intrépidas, únicas ya que cuando salen al lienzo, arriesgan su vida en el deporte más hermoso y tradicional de México, ya que no montan al caballo como los hombres lo hacen, si no lo hacen sentadas de lado y portan un vestido que puede pesar hasta más de 5 kg, por los materiales por los cuales están hechos.
Valeria Montoya charra lagunera, nacida en Gómez Palacio, por más de 9 años ha practicado este deporte, que nació su gusto después de aprender a montar desde que tenía 3 años de edad.
Cualquier persona puede participar, ya depende de la categoría que va de acuerdo su edad, la infantil que empieza de los 5 años hasta los 11 años, la juvenil de los 12 años hasta los 15 años, y la libre a partir de 16 años en adelante.
Son horas de práctica, sacrificios y disciplina, en donde se ve reflejado el arte ecuestre en las presentaciones. A los ojos del espectador es algo inigualable atestiguar la coordinación de movimientos del binomio mujer y caballo.
Valeria mencionó que después de aprender a montar adecuadamente al caballo y saber dominarlo, se empieza a practicar las rutinas que mediante un entrenador ensaña a las 8 chicas que participan en los torneos o competencias.
Para memorizar una coreografía se tarda entre una semana hasta un mes dependiendo la dificultad.
La forma de vestir para la competencia tiene que ser de adelita o de charra. El gran espectáculo de la escaramuza conlleva el saber portar con orgullo, respeto y responsabilidad un traje en el cual se llevan años de historia y tradición, menciono Valeria.
Las escaramuzas han sorprendido a todo público. Teniendo presentaciones tanto nacionales como internacionales, han dejado constancia de su gran habilidad para dominar el caballo, el lazo, los lienzos e, inclusive, a uno que otro charro.