Michael Jordan, la leyenda indiscutible de la NBA y seis veces campeón con los Chicago Bulls entre 1991 y 1998, finalmente ha logrado encontrar un comprador para su lujosa mansión ubicada en Highland Park, en las afueras de Chicago, Illinois, después de más de una década de intentos fallidos por venderla.
La impresionante propiedad, que refleja el legado y estilo de vida de uno de los más grandes atletas de la historia, ha estado en el mercado durante más de diez años, pero no había podido atraer a un comprador adecuado debido a su elevado precio y la exclusividad de sus características.
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Jordan puso en venta esta imponente mansión, que cuenta con más de 3,000 metros cuadrados de superficie, por la suma inicial de 29 millones de dólares en marzo de 2012. Sin embargo, a lo largo de los años, el precio fue bajando repetidamente al no encontrar interesados, lo que demuestra las dificultades incluso para las figuras más icónicas a la hora de vender propiedades de este calibre.
La casa, situada en una exclusiva zona residencial, incluye nueve habitaciones, 17 baños, un campo de golf, un gimnasio completamente equipado, una piscina y una cancha de baloncesto privada, reflejando el estilo de vida de un atleta de élite como Jordan.
En poco más de un año desde que la puso a la venta, el precio de la mansión bajó de 29 millones a 21, y luego a 16 millones de dólares, según los registros de la plataforma de venta de propiedades Zillow.com. A pesar de estas importantes rebajas, no fue hasta 2015 que el precio fue ajustado a 14.855 millones de dólares, y ni siquiera ese notable descuento fue suficiente para atraer compradores.
Durante este largo proceso de venta, la propiedad se convirtió en un símbolo de la exclusividad y del enorme valor de las propiedades ligadas a figuras legendarias del deporte.
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Finalmente, después de doce años en el mercado y múltiples ajustes de precio, la mansión de Jordan está ahora bajo contrato en las plataformas de bienes raíces estadounidenses. Aunque aún no se ha revelado el precio final de venta, el hecho de que la propiedad esté en proceso de ser adquirida marca el fin de una larga espera para Jordan. Este cierre representa no solo un alivio financiero, sino también la culminación de uno de los capítulos más prolongados en el mundo de la compra y venta de propiedades ligadas a celebridades del deporte.
Jordan construyó esta fastuosa propiedad durante sus años dorados con los Chicago Bulls, en una época en la que consolidaba su lugar en la historia como uno de los más grandes jugadores de baloncesto de todos los tiempos. La mansión, con su garaje con capacidad para catorce coches y su icónico número 23 en la entrada (el legendario dorsal que Michael usó durante su carrera), ha atraído durante años a turistas y fanáticos que querían echar un vistazo al lugar donde vivió su ídolo.
Además, esta mansión de Michael Jordan no solo ha sido un hogar, sino también un reflejo de su increíble carrera y éxito, un lugar que cuenta con todas las comodidades necesarias para un atleta de su estatura. Con un diseño pensado para el entretenimiento y el descanso, la propiedad también tiene un valor sentimental para quienes han seguido de cerca la trayectoria de Jordan. Es un símbolo tangible de sus años como estrella de los Bulls y de su estilo de vida fuera de las canchas.
Ahora, con la venta prácticamente asegurada, Jordan puede cerrar este capítulo, mientras los fanáticos y el mercado inmobiliario esperan descubrir el precio final por el que se ha vendido una de las residencias más emblemáticas asociadas con la figura de este icónico atleta. La mansión, ubicada en un tranquilo y prestigioso barrio de Chicago, seguramente seguirá siendo parte de la leyenda del 'Air Jordan', aun cuando cambie de manos.