Ni siquiera ha transcurrido una semana desde que los Cachorros de Chicago ganaron su primera Serie Mundial en más de un siglo, y los equipos ya están calentando las posibilidades de canjes con miras a 2017 y más allá.
"Las conversaciones este año con los gerentes generales comenzaron desde algo antes y a mayor profundidad con respecto al pasado", dijo el gerente general de Filadelfia Matt Klentak el martes, primer día completo del cónclave anual de los ejecutivos.
Un flojo mercado de agentes libres en varias posiciones es lo que dado fuerza a las conversaciones. Frustrados por no conquistar el título de la Serie Mundial desde 1984, pese a tener una de las nóminas más caras, los Tigres parecen dispuestos a embarcarse en otra dirección.
"Tenemos la disposición de atender el interés que se tenga por cualquier jugador en nuestro roster", declaró el gerente de los Tigres Al Ávila. "Vamos a intentar de consolidar a esta organización a largo plazo, no para algo inmediato. Nuestra intención es embarcarnos para algo a largo plazo. Así que la transición, ese primer paso, será un poco difícil aquí".
El venezolano Cabrera, con 11 selecciones al Juego de Estrellas en su carrera y que se desempeña en la primera base, cumplirá 34 años de edad en abril. Cobrará un salario de 28 millones de dólares el año próximo, y 30 millones en cada una de las próximas campañas, y 32 millones en 2022 y 2023.
Verlander, un derecho con seis selecciones al Juego de Estrellas, cumplirá 34 años en febrero. Verlander tuvo foja de 16-9 con 3.04 de efectividad, su mejor campaña desde 2012. Cobrará salarios de 28 millones en cada una de las próximas tres temporadas.
La nómina de Detroit alcanzó los 199 millones de dólares este año, solo por detrás de los Dodgers de Los Ángeles, los Yanquis de Nueva York y Boston. Los Tigres acabarían pagando 4 millones en concepto del impuesto de lujo. Una foja de 86-75, que le dejó a ocho juego detrás de Cleveland, campeones de la división Central de la Liga Americana, ha hecho que Detroit se replantee su estrategia.
"Si alguien piensa que solo puedes añadir y añadir, entonces ¿cuál puede ser el límite de una nómina", se preguntó Ávila.