Noruega superó con facilidad a Gibraltar (0-3) en un monólogo del combinado escandinavo culminado en un buen estreno en su camino hacia el Mundial de Catar 2022 pero con una noticia novedosa para el planeta fútbol: Erling Haaland no marcó.
El delantero del Dortmund, feroz en los últimos tiempos y poco dado a perdonar goles, se quedó seco en los 62 minutos que estuvo sobre el terreno de juego. Apenas tuvo dos oportunidades y, en esta ocasión, no pudo aumentar su impresionante renta de 33 goles esta temporada entre Liga de Campeones, Bundesliga, Copa y Supercopa de Alemania.
Pero eso a Noruega no le importa. Busca regresar a un Mundial después de cinco ausencias consecutivas. Los tres puntos era el mejor botín posible en un grupo complicado con rivales como los Países Bajos y Turquía. Y lo consiguió.
La generación de Haaland inició con buen pie su camino hacia el Mundial de Catar. Fuera de la Eurocopa tras caer en la repesca frente a Serbia, el grupo que más nombres importantes acumula el combinado escandinavo en los últimos tiempos quería comenzar su nueva aventura sin sobresaltos.
Además de Haaland, también lucen Martin Odegaard (Arsenal), Alexander Sorloth (Leipzig), Jens Hauge (Milan) o Patrick Berg (Bodo/Glimt). Son la cabeza de lanza de un grupo joven, con hambre, talento y experiencia que adquirieron unas primeras clases maestras del artífice del milagro islandés, el sueco Lars Lagerbäck.
La eliminación de la Eurocopa dejó a Noruega sin Lagerbäck y, su sustituto, Stale Solbakken, inició su camino al Mundial después casi cuatro meses en el cargo. El ex técnico del Copenhague no se casa con nadie y lo dejó claro con sus acciones. A los 62 minutos, ya estaban fuera del campo dos de sus tres estrellas: Haaland y Odegaard.
En ese momento, Noruega ya ganaba 0-3. Y no había marcado Haaland. El devorador de goles, el hombre que no tiene piedad con casi ningún equipo de la Bundesliga y candidato a firmar un traspaso millonario este verano, se fue de vacío del Victoria Stadium de Gibraltar.
Tuvo sus ocasiones en la primera parte, sobre todo un disparo a bocajarro tras recoger un intento de Sorloth que golpeó en el larguero de la portería defendida por Dayle Coleing. Con poco ángulo, mandó la pelota al lateral de la portería de Gibraltar, defendida por un hombre que seguramente nunca había tenido tanto trabajo como en la primera parte. Se empleó a fondo para aguantar el empate sin goles para su selección, pero finalmente no pudo con el acoso noruego.
Antes de los dos primeros goles, Coleing salvó con una gran parada un zurdazo de Sorloth desde dentro del área; después, vio como otro intentó del jugador del Leipzig se marchaba fuera del terreno de juego por muy poco; a Birger Meling le quitó el gol después de una semichilena de Haaland; después, el mismo Meling, lanzó un centro envenenado que, como no, Coleing salvó de nuevo.
Al final, el "obrero" Coleing no pudo con todo. Al filo del descanso, sucumbió. Lo hizo en un córner. Sorloth conectó un buen cabezazo y el 0-1 fue inevitable. En el minuto 43, Gibraltar, finalmente, se derrumbó. Y, en el 45, se deshizo definitivamente con el segundo, obra de Kristian Thorstvedt.
La reanudación llegó con movimiento en el banquillo noruego. El primero en irse fue Odegaard, que directamente se quedó en el banquillo. Después, en el minuto 62, salió Haaland. Solkbaen, con todo resuelto, prefirió reservar a dos de sus mejores jugadores para empresas más complicadas.
Mientras, el lateral derecho Svensson se encargó de dar el carpetazo final a un encuentro sin mucha historia por la poca resistencia de Gibraltar. El monólogo de Noruega fue contundente y el 0-3, tras un disparo desde fuera del área, cerró cualquier conato de rebelión entre los locales.
El primer envite, el más sencillo de todos los posibles de su grupo, se saldó con un resultado competente pero no contundente. Noruega hizo su trabajo, sin alardes y, sobre todo, sin gol de Haaland, que frenó su voracidad después de marcar seis tantos en los últimos cuatro partidos oficiales que disputó con el Dortmund.