Ciudad de México - Oribe Peralta despuntó desde los discretos Jaguares de Chiapas en 2009, pero previamente ya contaba con fieles seguidores de su carrera, uno de ellos, Jorge Vergara.
TE RECOMENDAMOS: Listas las fechas y los horarios para los Cuartos de Final de la Copa MX 2018
Durante varios años, el dueño de Chivas ha tenido como objeto de deseo al Cepillo, pero nunca se combinó eso con la ilusión de un entrenador del Rebaño que empujara para cumplir ese “capricho”.
Y el capricho también habría valido para recuperar lo perdido, porque tras dar sus primeros pasos futbolísticos en su natal Torreón, el primer club al que llegó de manera formal fue el Guadalajara.
"Justo un semestre antes de que Jorge Vergara adquiriera al equipo, Oribe estaba ahí. Yo tenía mucha relación con la familia Martínez Garza y lo pusieron a entrenar ahí", recordó el representante del delantero, Salvador Necochea.
Eso sucedió en 2002, pero fue justo la compra-venta del club tapatío lo que obligó a Oribe a buscar estabilidad. A pesar de que había llegado a las Fuerzas Básicas de Chivas invitado por Óscar Ruggeri, pronto emigró a Monarcas, donde debutó en 2003.
"Se da la venta de Chivas y pues al no saber cómo iban a quedar las cosas me sugieren que le busque otro lugar y es cuando lo llevo a Morelia”, agregó a Necochea.
Pero Oribe volvería a vestir de rojiblanco. Después de jugar con Monarcas estuvo un año con el León en la entonces Primera A, pero volvió al Máximo Circuito con Monterrey, que lo cedió a Chivas como refuerzo para la Copa Libertadores del 2005.
"Antes nunca se dio el préstamo con la opción de que Chivas lo adquiriera, después sí y a Jorge en lo personal siempre le gustó y le dio seguimiento, pero nunca lo solicitó alguno de los entrenadores que tuvo", agregó Necochea.
Incluso, después de que el delantero se consolidó en el futbol mexicano con Santos en su segunda etapa, el dueño de Chivas siguió mostrando interés y el arrepentimiento llegó.
"Jorge siempre me chuleaba al jugador, siempre le gustó, pero los entrenadores no dieron el jalón para que fuera a Chivas y luego ya sabemos el ‘boom’ de Oribe y se va a América. Un día me dijo Jorge ‘¡Uy, cómo no lo metí yo a Chivas’", reveló.
Hoy, con 34 años, Peralta es símbolo del americanismo y como tal enfrentará a sus “exChivas” en el Clásico Nacional a disputarse en el Azteca, el estadio que es su casa pero bien pudo ser el inmueble donde le habría tocado visitar al acérrimo rival.
CA