Lo único que le faltaba al Guadalajara era desperdiciar un triunfo virtual en el marcador frente a la afición. Chivas volvió a confirmar que el Clausura 2019 está en la lista de torneos a olvidar, pues cinco derrotas consecutivas no aparecen todo el tiempo en el registro del Rebaño. Ante Puebla, los rojiblancos sufrieron otro descalabro más con marcador de 1-3 para demostrar la crisis en la que se encuentran.
Los primeros 20 minutos del partido Raúl Gudiño se convirtió en un espectador más, sin pensar que estaba por recibir tres goles dentro de poco tiempo. El Guadalajara era atrevido con el balón y llegó a tener hasta tres jugadas de gol en los primeros instantes del encuentro. Primero con Alexis Vega y un tiro desviado, luego en otra jugada del 7 rojiblanco y Javier Eduardo López, aunque el disparo de *Chofis se marchó por encima del arco. También con un servicio a segundo poste, seguido de un recentro que estuvo a centímetros de encontrar al primer autor del gol.
Pero Chivas tuvo pronta recompensa. Al 19’, Bryan Ángulo tuvo la mala fortuna de enviar el esférico a su propio arco en un tiro de esquina. Aunque ninguno de los suyos había anotado, el público rojiblanco festejó el tanto a favor de su equipo. Sin embargo, el gol pareció condenar tanto al público como al propio Rebaño, pues tanto la actitud mostrada como el funcionamiento cambiaron radicalmente. El Guadalajara se había encontrado con una situación atípica por primera vez desde el Clásico Tapatío: estar adelante en el marcador.
A partir del minuto 25, Puebla se convirtió en el protagonista del partido; no necesariamente por dominar en la posesión del balón, sino por la efectividad de cara a la portería. Al 34’ Bryan Ángulo encontró su redención y empató acciones tras un rechace de la zaga defensiva. Cuatro minutos después, nuevamente el defensa poblano perforó el arco de Gudiño en lo que parecía una réplica de su primer tanto. En menos de cinco minutos, los visitantes ya le habían dado la vuelta al marcador.
La segunda mitad no empezó bien para Chivas. Un pelotazo de más de cincuenta metros de Nicolás Vikonis encontró la cabeza de Lucas Cavallini, quien con un solo toque dejó frente a la portería a Gustavo Alustiza. “El Chavo” definió cruzado para hacer el 3-1 que ya lucía lapidario, a pesar de los más de 40 minutos que quedaban por disputarse.
Poco tiempo después, el Rebaño se salvó de otra anotación luego de un cabezazo de Cavallini que había terminado al fondo de la red. Luego de que el silbante consultara con el VAR, anuló el cuarto tanto de los visitantes. Esa fue la única buena noticia que recibió el Guadalajara desde que había hecho el primer gol del partido.
Después del gol anulado, la afición empezó a abuchear a los suyos, en un acto claro de desesperación por los resultados esperados. El mal desempeño del Guadalajara no ayudó para que las tribunas apoyaran al Rebaño. Incluso, cuando faltaban más de 10 minutos para que concluyera el partido, ya había filas para desalojar el estadio. Chivas intentó sin recompensas, a pesar de que cada vez tenía menos testigos en las gradas.