El paso de Rodolfo Pizarro en Monterrey fue decepcionante, parecía ser una escala entre Jalisco y Europa, pero no pudo concretar ese sueño, y hubo momentos donde se deseaba que apareciera y no lo hizo, sin embargo hace un año firmó su mejor actuación con la camiseta de Monterrey.
Se había pagado un precio bastante alto por él, y no rendía. Rayados ya había disputado una final, era de Copa MX y el rival se trataba de Cruz Azul, ese encuentro lo inicia Pizarro desde la banca, y cuando ingresa no marca una notable diferencia.
Hubo también una serie de liguilla, donde enfrentaron a Santos y Cruz Azul, ahí fue titular en los 4 partidos, pero no lograba consagrarse aún totalmente como un jugador de peso para Diego Alonso, en aquel momento entrenador de La Pandilla.
Debo decir que incluso durante el torneo Liga de Campeones de CONCACAF 2019, Pizarro jugó 8 partidos, 7 de ellos como titular, solo marcó ante Kansas City en el 2-5 correspondiente a la semifinal de vuelta, un encuentro que en el global quedaba 10-2, su tanto era el 2-2 del juego, y dentro del global era 7-2, no tenía demasiada relevancia su anotación, pero lo hizo.
Sin embargo, algo cambió cuando enfrentó a Tigres en la gran final del torneo, en el partido de ida ayudaba a recuperar, se mantenía cerca del área para tomar rebotes y abrir la pelota, aprovechando el juego largo estaba bien perfilado para recibir y dar continuidad al juego. No hizo destacados remates, tampoco puso a sus compañeros constantemente en ocasiones claras de gol, pero no era necesario para realizar un buen partido.
Pasó mucho tiempo en su propio campo, ayudaba a superar la presión que intentaba hacer Tigres, y muy seguramente Alonso quedó satisfecho con su trabajo.
En el partido de vuelta, estuvo más enfocado en el ataque. Recibía en campo rival, encaraba, trataba de driblar, entraba al área, servía a sus compañeros, e incluso le cometen un penal. hay una jugada sobre Rafael Carioca que no se olvidará. Pizarro salió de cambio, en medio de aplausos, con la aprobación de su entrenador y la sensación de haberlo dejado todo.
Gozó el triunfo, levantó el título, y seis meses también levantaría la liga, para luego irse a Miami, con medallas de campeón en Pachuca, Chivas y Rayados.
La pregunta es: ¿por qué solo en esa serie mostró un nivel tan alto? Quizá hay otros encuentros o momentos aislados donde podrán decir que también jugó bastante bien, y no lo voy a negar, pero en especial en esta serie se salió totalmente de lo que nos tenía acostumbrados con Rayados.
Es bien sabido que él quería ir a Europa desde hace mucho, y sigue siendo su sueño, así que esto lo junto con la idea de ser visto en este partido por equipos del viejo continente, y que además una actuación tan destacada convenciera a Martino de llevarlo a Copa Oro, otro escaparate donde algunos scouts de equipos medianos europeos ponen especial atención, y por supuesto no olvido la motivación que por sí mismo debe dar la posibilidad de conseguir un trofeo tan importante.
Rodolfo se fue de Rayados con 64 partidos, y los dos mejores de esos fueron contra Tigres en la final de CONCACAF. ¿Fue suficiente esta actuación para justificar el precio pagado por él a Chivas? Esa es otra historia.
El paso de Rodolfo Pizarro en Monterrey fue decepcionante, parecía ser una escala entre Jalisco y Europa, pero no pudo concretar ese sueño, y hubo momentos donde se deseaba que apareciera y no lo hizo, sin embargo hace un año firmó su mejor actuación con la camiseta de Monterrey.
Se había pagado un precio bastante alto por él, y no rendía. Rayados ya había disputado una final, era de Copa MX y el rival se trataba de Cruz Azul, ese encuentro lo inicia Pizarro desde la banca, y cuando ingresa no marca una notable diferencia.
Hubo también una serie de liguilla, donde enfrentaron a Santos y Cruz Azul, ahí fue titular en los 4 partidos, pero no lograba consagrarse aún totalmente como un jugador de peso para Diego Alonso, en aquel momento entrenador de La Pandilla.
Debo decir que incluso durante el torneo Liga de Campeones de CONCACAF 2019, Pizarro jugó 8 partidos, 7 de ellos como titular, solo marcó ante Kansas City en el 2-5 correspondiente a la semifinal de vuelta, un encuentro que en el global quedaba 10-2, su tanto era el 2-2 del juego, y dentro del global era 7-2, no tenía demasiada relevancia su anotación, pero lo hizo.
Sin embargo, algo cambió cuando enfrentó a Tigres en la gran final del torneo, en el partido de ida ayudaba a recuperar, se mantenía cerca del área para tomar rebotes y abrir la pelota, aprovechando el juego largo estaba bien perfilado para recibir y dar continuidad al juego. No hizo destacados remates, tampoco puso a sus compañeros constantemente en ocasiones claras de gol, pero no era necesario para realizar un buen partido.
Pasó mucho tiempo en su propio campo, ayudaba a superar la presión que intentaba hacer Tigres, y muy seguramente Alonso quedó satisfecho con su trabajo.
En el partido de vuelta, estuvo más enfocado en el ataque. Recibía en campo rival, encaraba, trataba de driblar, entraba al área, servía a sus compañeros, e incluso le cometen un penal. hay una jugada sobre Rafael Carioca que no se olvidará. Pizarro salió de cambio, en medio de aplausos, con la aprobación de su entrenador y la sensación de haberlo dejado todo.
Gozó el triunfo, levantó el título, y seis meses también levantaría la liga, para luego irse a Miami, con medallas de campeón en Pachuca, Chivas y Rayados.
La pregunta es: ¿por qué solo en esa serie mostró un nivel tan alto? Quizá hay otros encuentros o momentos aislados donde podrán decir que también jugó bastante bien, y no lo voy a negar, pero en especial en esta serie se salió totalmente de lo que nos tenía acostumbrados con Rayados.
Es bien sabido que él quería ir a Europa desde hace mucho, y sigue siendo su sueño, así que esto lo junto con la idea de ser visto en este partido por equipos del viejo continente, y que además una actuación tan destacada convenciera a Martino de llevarlo a Copa Oro, otro escaparate donde algunos scouts de equipos medianos europeos ponen especial atención, y por supuesto no olvido la motivación que por sí mismo debe dar la posibilidad de conseguir un trofeo tan importante.
Rodolfo se fue de Rayados con 64 partidos, y los dos mejores de esos fueron contra Tigres en la final de CONCACAF. ¿Fue suficiente esta actuación para justificar el precio pagado por él a Chivas? Esa es otra historia.