La Liga Mexicana de Beisbol ofrece este jueves un homenaje póstumo al más grande bateador mexicano al utilizar el número 21 de don Héctor Espino González en todos los equipos del circuito profesional de verano.
En todas las plazas se celebrará este 6 de junio como “El Día de Héctor Espino”, justo en la fecha de nacimiento del “Supermán de Chihuahua”. Su número fue retirado de todas las organizaciones en los 90.
Espino es uno de los grandes símbolos en la historia de los Sultanes, club que en el 2019 celebra sus primeros 80 años.
“Para mí siempre ha sido el mejor bateador mexicano de la historia, alguien que dejó récords impresionantes, algunos de ellos imposibles de alcanzar, como es el de 18 campeonatos de bateo, 13 en la Liga de la Costa y cinco en la Liga Mexicana de Beisbol”, señala José Maiz García, presidente del Monterrey.
“Para mí fue un gran pelotero no nada más bateando, también era un gran primera base, lo que pasa es que eran tan grandes sus números a la ofensiva que la gente no notaba, no se daba cuenta lo bueno que era él jugando a la defensiva la primera base o cuando inició jugando el left field pero era un pelotero muy completo”.
Espino jugó 24 temporadas tanto en Liga Mexicana como en la Costa. Fue una figura emblemática del Monterrey en el verano y de los Naranjeros de Hermosillo en el invierno.
Entre sus estadísticas en Liga Mexicana destacan mil 578 partidos jugados, 5 mil 656 turnos al bate, 969 carreras anotadas, 2 mil 752 hits, 373 dobles, 453 cuadrangulares, y mil 573 carreras empujadas, además de cinco títulos de bateo.
“Le rendimos un gran homenaje realmente porque es el más grande jugador mexicano de todos los tiempos y para orgullo nuestro él inicio su carrera aquí con los Sultanes de Monterrey y la terminó también con los Sultanes de Monterrey”, destaca Pepe Maiz.
Luego de retirarse como jugador activo, Espino regresó a los Fantasmas Grises en diferentes facetas como coach de primera base e instructor de bateo.
Al llegar al Estadio Monterrey, los aficionados son recibidos por un monumento de Héctor Espino.
“Lo más impresionante de él era su humildad, su modestia y pues gracias a Dios lo mejor que hicieron tanto él como doña Carmen (Vázquez) fue haberles dado un estudio a sus hijos, todos estudiaron, se recibieron”, expone Maiz García.
“Difícilmente vamos a encontrar otro pelotero mexicano como él y de haber llegado a Grandes Ligas creo que él se hubiera establecido por muchos años porque en los inviernos que jugó enfrentó a gente que estaba en Ligas Mayores y bateaba mejor que ellos, salía mucho mejor que ellos”.
El Monterrey retiró el número 21 desde el 19 de julio de 1984, temporada en que Espino se despidió de los diamantes.
DP