El triunfo sobre Querétaro que le permitió a Rayados mantener su paso perfecto en el torneo, cobró factura en la persona de Rodolfo Pizarro, quien salió del vestidor cojeando visiblemente de su pie izquierdo.
Aunque se le pidió su opinión del partido y de su estado físico al concluir el juego, el exchiva prefirió no hablar ante las cámaras y micrófonos de los representantes de los medios que lo esperaban a la salida.
Pizarro solo se detuvo para firmar autógrafos y tomarse fotos con un grupo de niños y jóvenes que se lo solicitaron, para luego continuar con su camino rumbo a su vehículo y retirarse del estadio.
Será este domingo cuando el jugador sea examinado por el cuerpo médico del Monterrey, para determinar el grado de la lesión por el golpe sufrido en su pie durante el juego frente a Gallos Blancos.
AM