El delantero de la selección chilena Alexis Sánchez vivió esta víspera una de las jornadas más amargas de su carrera: un fallido traspaso al Manchester City hicieron que su cabeza estuviera en Inglaterra, lejos del juego ante Paraguay.
La mañana del jueves, Alexis despertó con la noticia que el Arsenal había aceptado la propuesta del Manchester City y que sería el nuevo refuerzo de los citizens, por lo que la jornada cerraría a la perfección con un triunfo ante la albirroja por las eliminatorias.
Pero, con el paso de las horas, la negociación se trabó. Arsenal quería firmar al reemplazante de Sánchez antes de dejarlo partir. El nombre era el francés Thomas Lemar, que a la misma hora disputaba un duelo por su selección frente a Holanda.
Los trascendidos que llegaron a Chile desde Inglaterra hacían referencia a que la Federación Francesa de Futbol (FFF) se negó que en medio de la concentración del combinado galo se celebraran negociaciones con los jugadores.
Con todo esto a cuesta, el desenfoque de un futbolista ante dicha situación era inminente, aunque muchos optimistas esperaban que Alexis tuviera la capacidad de abstraerse de la situación y se concentrara en el partido ante Paraguay.
Media hora antes del inicio del juego entre Chile y Paraguay, el libro de pases de la Premier League era cerrado, 30 minutos que no fueron suficientes para que el delantero trajera su cabeza desde Inglaterra al Estadio Monumental de Santiago.
A las 19:30 horas, La Roja saltaba al césped del reducto deportivo ante unas 40 mil personas que enfocaban las cámaras de sus teléfonos móviles para tener la instantánea del delantero estrella del balompié chileno.
En el calentamiento previo al juego se le veía concentrado y serio, picaba, tocaba la pelota e incluso alguna vez se rió con sus compañeros en alguna conversación apuntando a un sector del Monumental.
En el partido ante Paraguay se vio a un Alexis muy errático, lento, distante, a ratos caminando en la cancha y enojado con el mundo, con sus compañeros, con el césped, con sus rivales y, quizás, con su futuro inmediato.
Cada cierto rato miraba al cielo, a lo mejor buscando respuestas sobre el partido, para encontrarle la vuelta a una derrota categórica por 0-3 que nunca llegó, o quizás pidiendo una explicación al fracaso de su fichaje en Manchester.
Y es que desde un error del propio Sánchez llegó la concepción del tercer y definitivo tanto de la selección paraguaya con que derrotó a su similar de Chile y que dejó a la escuadra de este país con la vista puesta en la calculadora para ver las opciones de clasificación a la Copa del Mundo Rusia 2018.
Con esa jugada, Alexis cerró una jornada que buscará sacar de su cabeza lo más rápido posible para cambiar el “chip” mental y este martes, ante Bolivia en La Paz, ayudar a su equipo a sumar tres puntos que pueden acercar a La Roja a Rusia.
Lo quiera o no, Sánchez deberá volver a su realidad, la que está en Londres con el Arsenal, pero con una previa escala en el altiplano boliviano con Chile este martes.