La motivación de los atletas está a tope. Han trabajado cinco años para llegar a este momento, para competir en unos Juegos Olímpicos más allá de los estragos que ha dejado en este rubro la pandemia, de los temores normales en todos aquellos que se encuentran inmiscuidos en la justa.
Dieron inicio los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con el duelo entre Australia y Japón en el softbol. Después, jugó la selección mexicana femenil de softbol contra Canadá, con el mismo escenario desértico que enmarcó el arranque.
Los gritos de “vamos”, “bien hecho”, las palmas que chocaban unas contra otras para alentar a las jugadoras por parte de las que esperaban en el dogout.
Carlos Bernaldez, coach del combinado, daba algunas indicaciones mientras se asomaba por momentos su goma de mascar.
“Es una oportunidad única en la vida”, dijo previo al partido, y es el mensaje que transmitió a sus jugadoras.
La voz del sonido local, un hombre y una mujer, que daban a conocer los bateadores en turno.
La tribuna lucía vacía, apenas se cimbraba con el impacto de la bola en el bat. Se extraña al público, porque forman parte de la fiesta, pero al final, el espíritu de la competencia ahí está.
El partido de México ante Canadá fue el primero de los cinco que la selección femenil disputará en esta justa antes de buscar una medalla. Será el mismo miércoles 21 de julio cuando enfrenten a Japón a las 22:00 horas del centro de México.