El entrenador de la Roma, Eusebio Di Francesco, debió ser operado hoy de una fractura en la mano izquierda tras dar el lunes un puñetazo al banco de suplentes en el partido que su equipo empató ante el Atalanta en la Liga italiana de futbol.
Di Francesco golpeó el banquillo furioso por los errores de su equipo, que consiguió rescatar un 3-3 en el Estadio Olímpico tras irse al descanso con una desventaja de 3-1. "Habría cambiado siete u ocho jugadores en el entretiempo si hubiera podido", dijo tras el encuentro.
El momento de furia, sin embargo, ocurrió en la segunda etapa, cuando vio que su equipo se relajaba tras haber logrado la remontada. "Me enojé en el 3-3 porque vi que perdimos el balance", afirmó.
Tras la operación, el entrenador de 48 años dirigirá el entrenamiento de esta tarde tal como estaba previsto, señaló un portavoz de la Roma.
El equipo de la capital italiana marcha en quinto lugar del campeonato tras sumar cuatro puntos en las dos primeras jornadas.
DP