Fernanda Contreras Gómez es la primera mexicana en jugar en Wimbledon en 26 años. Superada la fase previa, la número 157 del mundo, a la que su abuelo contaba historias del torneo en las comidas de navidad, sucede a Angélica Gavaldón como la última mexicana en probar el pasto del All England Club.
El idilio entre Contreras Gómez y Wimbledon se remonta a su abuelo, Pancho Contreras, que hizo semifinales en el All England Club en 1958. Lo logró en el dobles mixto, junto a su compatriota Rosie Reyes. La gesta no pudo ser completa, ya que cayeron contra la pareja australiana formada por Bob Howe y Lorraine Coghlan, a la postre ganadores del título, pero sirvió para que Pancho implantara la semilla del tenis a su nieta.
"Cuando era pequeña me contaba esas historias", dijo Contreras Gómez a la organización de Wimbledon. "Cada navidad íbamos a visitar a mi abuelo y siempre nos hablaba de las veces que fue a Wimbledon. Nos contaba lo bonito que era todo, cómo se comportaba la gente, el corte de la hierba, las fresas con nata. Hacía que quisiera estar aquí".
Para conseguirlo, la jugadora de 24 años y ubicada en el puesto 157 del ránking, ha tenido que pasar tres rondas previas en las pistas de Roehampton, situadas a varios kilómetros del All England Club.
La de San Luis de Potosí derrotó primero a Tena Lukas (221), después a Jamie Loeb (216) y por último a Timea Babos, ganadora de cuatro Grand Slams en dobles, para ganarse el derecho a ser la primera mexicana en 26 años en jugar en Wimbledon.
"Es un gran honor poder impulsar el tenis de mi país y representar el rojo, verde y blanco de México", agregó la tenista, que se ha convertido en la tercera mexicana en la Era Abierta (1968) en disputar el tercer Grand Slam de la temporada.
Solo Elena Subirats y Angélica Gavaldón lograron este hito para México antes. Subirats lo consiguió en el 68, cuando perdió en primera ronda, mientras que Gavaldón jugó cinco veces en Londres, entre 1990 y 1996, y llegó hasta la tercera ronda en el 95, cuando solo le pudo frenar la australiana Nicole Bradtke.
Durante sus partidos esta semana en Roehampton, Contreras Gómez se ha caracterizado por usar una pequeña libreta en los cambios de lado, en los que ha ido anotando cosas, tanto puramente deportivas como no.
"Lo empecé a usar en el tenis porque es útil. Imagínate que un día un rival tiene un golpe en particular que le funciona muy bien. Pues lo apuntas y así lo recordarás para la siguiente vez", explicó.
"Y luego también puedes apuntar otras cosas que te gustan y te llaman la atención. Por ejemplo hoy el cielo estaba muy bello, muy claro. El olor de la hierba también. No es lo mismo estar en una pista de cemento que el olor que desprende una pista de Wimbledon. Así que anoto esas cosas y mi máxima "Cree, trabaja duro, diviértete y disfruta"".
La afición por escribir no es algo aislado para ella, ya que durante la pandemia, con el cierre del circuito, se dedicó a escribir una novela que espera poder publicar pronto. El texto está ubicado en parte en el Museo Británico y toma de referencia las obras de Dan Brown y Ken Follett.
"Es un poco de mitología y ficción, pero relacionado con eventos actuales. Fue divertido escribirlo, porque funcionó como desestresante durante la pandemia. Lo terminé en febrero", apuntó la mexicana.
El sorteo de este viernes emparejó a Contreras Gómez con la polaca Magda Linette, que se ubica 91 posiciones por encima suya en el ránking y que ha jugado 50 partidos más que ella en esta superficie.
De momento, es la primera mexicana en 26 años en jugar en Wimbledon y este lunes podría convertirse en la primera desde 1995 en ganar un partido ene le All England Club. Quedan lejos los éxitos de su abuelo, pero este es un gran comienzo para Contreras Gómez.