Cuando se sorteó el cuadro principal, el debate principal entre el público de Acapulco era quién podría llegar a la final: Stefanos Tsitsipas o Alexander Zverev. Dejaron de lado a uno de los jugadores con mayor crecimiento del último año y ahora nuevo finalista del Abierto Mexicano de Tenis: Cameron Norrie.
El mejor británico del circuito demostró que no ha sido un golpe de suerte y que puede echar mano de la estrategia para incomodar a los mejores. Aunque el revés de Tsitsipas muchas veces ha sido una buena herramienta, Norrie lo convirtió en una debilidad.
Durante el primer set, Cameron hizo recordar a las leyendas británicas conocidas por el buen servicio. Perdió sólo cuatro puntos con el saque y aprovechó la única oportunidad que tuvo de quebrar a Tsitsipas. No dudó cuando tuvo que sacar para el set y se adelantó 6-4.
Stefanos mejoró en el segundo set y llegó a poner en aprietos a Norrie, quien tuvo que salvar una oportunidad de quiebre para seguir adelante. El público cantaba el apellido del griego, algunos porque deseaban verle en la final y otros porque simplemente querían más tenis.
El plan del británico funcionó siempre a la perfección. Jugó profundo al revés del griego y eso desencadenó errores en momentos claves. Tsitsipas salvó el primer punto de quiebre en contra que tuvo en el set, pero en el segundo se volvió a equivocar y entregó el saque.
El doble 6-4 en la pizarra explicó lo parejo del encuentro pero que Norrie, ante la incredulidad de muchos, fue el mejor de la noche. “Saqué muy bien. Disfrute mucho el partido y pude aprovechar mis oportunidades. Fue un gran ambiente hoy y realmente disfruté. Muy contento de estar en la final de Acapulco”, contó después de superar a Tsitsipas.
Antes de conocer al rival en la final, sabía que solo había dos opciones: el nuevo número del mundo o el ganador de 21 Grand Slams. “Ninguno es mala opción. Creo que va a ser un gran partido, uno muy difícil, pero voy a tratar de disfrutarlo”, dijo Norrie entre bromas.
MN