Rafael Nadal rompió con el pronóstico negativo de que no podría volver a jugar al tenis. Era un golpe anímico importante para un chico que recién había cumplido la mayoría de edad y cuyo futuro parecía condenado a un retiro prematuro. 21 Grand Slams y cuatro títulos de Acapulco después, Nadal contó en entrevista exclusiva que la evolución fue parte fundamental del éxito que hoy lo acompaña.
"No me quedó más remedio que evolucionar. Al final tuve que buscar soluciones siempre a todos los problemas que se me fueron presentando a nivel físico, sobre todo el problema del pie que empezó en las finales del 2005", recordó el español. Era pasada la una de la mañana, hacía dos horas que había conquistado Acapulco de nuevo y tenía hambre. No había descansado un minuto entre fotografías y entrevista.
"A partir de eso siempre tuve que intentar buscar soluciones en todos los sentidos. A nivel de juego, a nivel de entrenamientos, a nivel de preparación. Siempre mantuve la ilusión, la pasión y la determinación por seguir adelante y eso me ha hecho hasta hoy tener una carrera muy larga", una declaración que los médicos de hace 17 años aún no se pueden creer.
En aquel 2005, Nadal venció por primera vez a Andre Agassi para conquistar el Masters 1000 de Canadá. En Acapulco, superó a Daniil Medvedev para alcanzar la final. Así completó un ciclo de victorias ante jugadores que han sido número uno del mundo durante al menos tres generaciones en el circuito de la ATP.
Nadal ha cambiado mucho, pero sigue siendo el mismo. Se ha mantenido vigente en un circuito que ha visto a jugadores llegar y retirarse antes de que el español cuelgue la raqueta. Su postura hacia el tenis profesional concuerda con su manera de percibir la vida. "El circuito ha cambiado igual que cambia la vida en general. La vida evoluciona, los tiempos son cambiantes. En términos generales el tenis ha cambiado", comentó.
Esta temporada su esquina cumple cinco años de una modificación importante. Toni Nadal ha dejado de acompañar a su sobrino para ocuparse de otros asuntos, incluso de otros jugadores. Aún así, Rafael ha seguido por el camino de la victoria e incluso ha sumado siete Grand Slams más. Con la reciente llegada de Marc López a su equipo, confirma que es un hombre de un círculo reservado.
“Lo que busqué siempre es no buscar excusas fuera de mí mismo. Creo que siempre tuve las personas adecuadas al lado”, expresó. Aún después de un lustro sin su tio, Nadal lo sigue haciendo partícipe de sus glorias. “Toni ha sido sin ninguna duda la persona más importante de mi carrera deportiva de largo”, aceptó.
El sitio de Toni fue ocupado por Carlos Moyá. “Que Carlos llegara en su día fue un cambio muy importante y para bien en mi carrera en un momento que no era fácil”, expuso el actual campeón de Acapulco, quien también recordó al resto de su equipo que sigue siendo casi el mismo desde el 2005.
La llegada más reciente ha sido la de Marc López, el compañero de Nadal en el Oro Olímpico de dobles en Rio 2016. Hay cuatro razones muy claras por las cuales Rafael optó por elegirle una vez que el de Barcelona le dijo adiós al profesionalismo.
“Primero porque termina su carrera deportiva, segundo porque es un muy buen amigo mío también, tercero porque puede entrenar conmigo y cuarto porque la realidad es que es una persona muy inteligente en una pista de tenis y creo que me puede aportar cosas que me ayuden también a ser mejor”, de nuevo, la evolución constante.
Al final, el lado humano de Nadal siempre se impone. “Creo que los vínculos personales favorecen los profesionales y esa ha sido una premisa que siempre tuve”, finalizó antes de marcharse de la pista.
Rafa no sabe cuánto tiempo le queda como profesional. Tampoco parece preocuparle. Ha superado con creces cualquier tipo de sueño. Lo que está claro es que mientras su cuerpo esté dispuesto a seguir, evolución lo obliga a tratar de superarse.
SARB