Contra todo pronóstico, en el grupo de la muerte y remontando al griego Stefanos Tsitsipas, al que venció en tres sets (3-6, 6-3 y 6-2), el ruso Andrey Rublev se clasificó por primera vez en su carrera a las semifinales de las Finales ATP, en las que se medirá al noruego Casper Ruud.
La historia siempre se abre paso, y David volvió a vencer a Goliat. En este torneo que pone el broche de oro a la temporada con las ocho mejores raquetas del circuito, el David moscovita tuvo que medirse ante tres Goliat, tres maestros como Medvedev, Djokovic y Tsitsipas.
No tumbó a los tres, pero tampoco le hizo falta para colarse entre los cuatro mejores en este final de temporada. Venció a Medvedev, cayó contra 'Nole' y se impuso al heleno, al que curiosamente ya venció en la edición pasada, aunque no consiguiera la clasificación.
Esta vez tuvo que remontar al campeón de 2019, que se llevó el primer envite por la vía rápida. Un 'break' y directo al 6-3. Rublev, de hecho, pareció demasiado afectado como para poder estar en condiciones de reponerse, nervioso, ansioso y desesperado, pero algo cambió durante la pausa una vez finalizado el primer set.
Y es que saltó el moscovita totalmente reseteado, enchufado, habiendo borrado el primer set de su memoria, iniciando un nuevo partido. Se mantuvo enfocado, concentrado y tranquilo, aguardando su momento, que llegó cuando mandaba 4-3 en el marcador. No desaprovechó sus dos bolas de rotura y encaminó el empate.
Es el tercer año consecutivo que el pupilo del español Fernando Vicente acude a la prestigiosa cita de final de año, y se nota. Aguanta mejor la presión cuando va por debajo en el marcador y tiene más y mejores recursos para solventar los problemas tenísticos que pueda encontrarse en pista.
No hubo rastro del Tsitsipas del primer set, ese que voló para agenciarse la primera manga pero que se vio empequeñecido ante su rival. Tanto que cedió dos de sus saques, el segundo de ellos tras disponer de hasta tres ventajas -una de ellas perdida por una doble falta-. El ruso lo tenía en la mano, 5-2 y servicio. No lo dejó escapar.
Se quedó en cuclillas, escondiendo parte de su cara con la raqueta, pero sus ojos brillaban en el Pala Alpitour de Turín que luego le vio celebrar con rabia, estirando los brazos y diciendo, en un perfecto castellano: "¡Vamos!".
Rublev se cuela en las semis de la Copa de Maestros y se medirá a Ruud por un hueco en la final, en la que podría encontrarse con el estadounidense Taylor Fritz o el serbio Novak Djokovic, que dirimen la otra plaza.
MPP