Cruz Azul no es de fiar. Un partido puede lucir imponente y espectacular –como pasó ante América–, pero al siguiente colapsa y lo abruma su triste realidad. Porque hoy, ya en la recta final del torneo, se puede afirmar que lo de las Águilas fue un accidente y su verdadero nivel es el que mostró ante Morelia: tan endeble, frágil y con un pie fuera de la Liguilla.
Sí, porque la caída por 3-2 le obliga al cierre perfecto, que con esta intermitencia es una misión imposible. Cruz Azul no da para más y solo es cuestión de tiempo para que se consume su fracaso.
A Cruz Azul y Morelia no les pasó de largo la situación por la que atraviesa Veracruz. Ambos equipos acordaron no moverse durante el primer minuto de juego para demostrar solidaridad con sus compañeros del Puerto. Cuando llegó el silbatazo de José Alfredo Peñaloza, solo se tocó el esférico en el centro del campo y los 22 jugadores, así como la tripleta arbitral, esperaron los 60 segundos que se habían pactado entre los aplausos del poco público que asistió al Azteca. Después arrancó el juego.
José de Jesús Corona empieza a flaquear. Durante 10 años Chuy ha sido uno de los líderes más importantes de este Cruz Azul, elevado al estatus de salvador y figura en muchos partidos. Sin embargo, en este torneo, esa seguridad se ha empezado a resquebrajar. Ya le había pasado al portero contra Pumas, en la que una mala decisión le costó perder dos puntos a La Máquina, y ahora de nuevo volvió a equivocarse.
Al minuto 16 vino un trazo largo, Corona salió para cortar la jugada, pero al momento de rechazar la pelota con la cabeza lo hizo hacia el centro, justo a la posición de Carlos Ferreira, quien prendió la pelota como venía para bombearla y mandarla a las redes.
La tarde no pintaba bien para La Máquina, que batalló mucho para igualar los cartones. Fue hasta el 41 cuando un tiro de Julio César Domínguez fue empujado por Jonathan Rodríguez para el empate.
Parecía que las aguas volvían a su cauce, pero no; al 54’ otra vez Cruz Azul se complicó el partido. La marca en la defensa celeste fue tan mala que le permitió a Morelia hilvanar tres pases sin oposición alguna; el último, directo a las redes, obra de nueva cuenta de Carlos Ferreira.
La Máquina de Siboldi volvía a estar en la lona y ahora tenía menos tiempo para rescatar este partido. Y lo intentó con todo lo que tenía a disposición, pero los minutos transcurrían y no llegaba ninguna jugada clara, hasta que de nueva cuenta apareció Jonathan Rodríguez para pescar una pelota en el área y darle el empate a su equipo al 76’.
Pero poco le duró el gusto a La Máquina, porque solo pasaron cinco minutos para que otra vez la zaga volviera a ser agua y de nuevo Ferreira se hiciera presente en el marcador, sellando su hat-trick. Y al 89’ tuvo la posibilidad de ampliar la ventaja con un penal, pero Corona se lo atajó a Osuna.
A Cruz Azul ya no le alcanzó pese a los siete minutos de compensación. Este equipo no es de fiar y su intermitencia lo tiene ya con medio cuerpo fuera de la Liguilla.