Atlas puede respirar en la porcentual. El equipo de Rubén Omar Romano venció 1-0 al Puebla en el Estadio Jalisco y puso tierra de 11 puntos con respecto al Veracruz, equipo al que estará visitando la siguiente semana, al tiempo que la afición pidió en más de una ocasión la salida del Presidente del equipo, Gustavo Guzmán.
Partido tenso en su primera mitad, de muchas imprecisiones. El resultado de Veracruz tampoco ayudaba. Atlas necesitaba de una victoria, tres puntos que podían ser oro molido con la visita al puerto a la vuelta de la esquina.
Puebla avisó con Lucas Cavallini, pero Miguel Fraga salvó cuando era el último obstáculo entre el delantero y la portería. La entrada por cierto en el Estadio Jalisco fue mala si se toma en cuenta que los Zorros tienen el tercer mejor promedio de asistencia en el Clausura 2018. Poco más de 18 mil aficionados.
Era un partido tan atípico que en dos oportunidades a la ofensiva de Atlas, Fernando Guerra obstruyó los disparos de media distancia provocando los abucheos de la gente. El equipo de Meza no parecía ni por poco al que venció a Rayados la semana pasada en su campo.
Los cambios llegaron en la segunda mitad. Rubén Omar Romano sacó a Rafael Márquez y Patrick Soko, que para esta ocasión fue el encargado de acompañar a Milton Caraglio en el ataque para dar ingreso a Ismael Govea y el inglés Ravel Morrison luego de haber superado sus problemas lesión.
El cambio dio resultado de inmediato. Apenas 36 segundos de la parte complementaria, Morrison proyectó a Garnica que sobre la línea envió el centro, en el área estaba Caraglio, se levantó, anticipó a la marca y puso el primero del partido. Los Zorros estaban al frente con 45 minutos por delante.
La suerte le sonreía a los tapatíos luego de que La Franja se quedó con un hombre menos por la expulsión de Anderson Santamaría por un empujón sobre Garnica cuando éste se ponía solo frente a Moisés Muñoz.
Pero fue Puebla el que mejoró con 10. Tabó se internó al menos un par de ocasiones al área defendida de Fraga, los camoteros dictaban el ritmo del juego. El guardameta atlista tuvo que intervenir, la más clara desviando un disparo de Diego Cruz a cinco minutos del final.
El nivel de juego era tan pobre que la atención se centró en una manta con la frase “Fuera Guzmán” que la gente fue pasando entre las gradas al tiempo que la gente de seguridad privada intentaba retirarla.
Los gritos no se hicieron esperar. Es la primera vez en el Jalisco que la afición pide la salida de su Presidente y seguramente no será la última vez. Muchos le señalan por el mal armado de la plantilla en este torneo y la malas decisiones en últimos años.
Atlas se mete la siguiente semana a Veracruz. Se juega la vida, un buen resultado podría darles una virtual salvación, lo cierto es que el equipo ofrece muy poco en el terreno de juego y no por nada es último lugar de la clasificación.