Durante el partido entre Uruguay y Chile correspondiente a la jornada 3 de la Copa América, el atacante de los charrúas, Luis Suarez, pidió una mano al árbitro cuando el portero detuvo con la mano un tiro a gol dentro del área.
A pesar de que la regla es básica y se sabe que el portero es el único que puede utilizar las manos, Suarez olvidó por completo la esencia del futbol por las ganas de sacar una victoria que los colocara en el primer lugar del grupo.
Sin embargo, el delantero reaccionó rápido y se dio cuenta que no era posible marcar un penal por lo que decidió lamentarse de no lograr el tanto en vez de continuar con su reclamo por la acción del portero rival.