El trofeo que será entregado al ganador de la Copa del Mundo de Rusia 2018 inició hoy una gira que le llevará a más de 50 países con el presidente ruso, Vladímir Putin, y el jefe de la FIFA, Gianni Infantino, como maestros de ceremonias.
"¡Buen viaje!", dijo hoy Putin durante la ceremonia que tuvo lugar en el espectacular estadio Luzhnikí, que tiene un aforo de 81.000 espectadores y que acogerá el partido inaugural y la gran final del Mundial.
El brasileño Roberto Gama de Oliveira, "Bebeto", campeón mundial en 1994, fue el encargado de subir la copa al escenario y cedérsela a Putin, quien no dudó en descender al terreno de juego para darse un baño de multitudes.
En un gesto que sorprendió a propios y extraños, Putin, poco dado a la espontaneidad, mostró el preciado trofeo a los centenares de niños y niñas de todas las edades que fueron invitados al acto y que pudieron acercarse a la copa.
Más de uno se echó las manos a la cabeza al ver el trofeo de más de seis kilos de peso y hecho de oro puro en medio de una multitud, ya que, según las reglas de la FIFA, la copa sólo puede ser tocada por los campeones mundiales y los jefes de Estado.
Putin, que no dudó en chocar manos con los jóvenes futbolistas que disputaron hoy varios partidos en el teatro de los sueños del Mundial de Rusia, se mostró convencido de que el torneo será un completo éxito.
"Todos esperamos impacientemente esos emocionantes partidos", dijo y recordó varias leyendas del futbol soviético como los legendarios porteros Lev Yashin, conocido como "La Araña Negra", o Rinat Dasáyev, que militó en el Sevilla.
La gira más grande de la historia de la Copa Mundial se dividirá en tres fases: hasta finales de año el trofeo recorrerá quince ciudades rusas; seguidamente la copa podrá ser vista en más de medio centenar de países y en mayo del próximo año regresará definitivamente a Moscú.
En el país anfitrión el trofeo recorrerá durante 123 días de singladura más de 26.000 kilómetros y 24 ciudades, desde Vladivostok (Pacífico) a Kaliningrado (Báltico).
Tras visitar Rusia y medio mundo, la copa volverá al Luzhnikí el 7 de junio de 2018, una semana antes de la inauguración del Mundial en ese mismo estadio.
Infantino se congratuló de que la buena marcha de los preparativos en los doce estadios que acogerán partidos mundialistas, especialmente en el Luzhnikí, que será inaugurado oficialmente en noviembre en un partido entre Rusia y una selección puntera.
"Se siente una energía positiva increíble. El estadio es absolutamente maravilloso. Es muy bonito y tiene todo lo que debe tener un estadio del más alto nivel. Pueden estar orgullosos de lo que han hecho", dijo Infantino al inspeccionar el estadio junto a Putin.
Como en anteriores ocasiones, el presidente de la FIFA intentó ahuyentar los malos augurios y los miedos a viajar a Rusia, e instó a todos los aficionados al futbol a venir a este país a disfrutar del Mundial.
Además de Bebeto, también fue invitado al acto el campeón mundial con Francia en 1998, David Trezeguet, que se mostró convencido de que "Rusia está preparada para el Mundial" y calificó de "fantástico" el Luzhnikí tras pisarlo por primera vez.