Durango.- Para algunos es conocida como la niña blanca, para otros es la flaca, para algunos más es la señora, pero, en todo el mundo es conocida como la Santa Muerte.
Y aunque el día 15 de agosto fue declarado como el día oficial de su celebración, es precisamente este 2 de noviembre cuando sus fieles la festejan, la veneran y la consciente, por los favores recibidos.
Es así que, en el Ex Cuartel Juárez ubicado en el centro de la capital de Durango, desde hace más de 20 años, festejan a la niña blanca con música, danzas, peregrinaciones y regalos, según dio a conocer Cristel Santana, encargada del altar que ahí se ubica.
“Mis tatarabuelos eran curanderos y de ahí comenzó la devoción a la muerte, entregando amuletos, haciendo curaciones y más; y conforme pasaron los años, mis papas fueron creyendo en ella por los milagros que les hizo” dijo.
Así, Cristel dijo que, cada 2 de noviembre, a partir de las 12 de la noche, los fieles devotos comienzan a llegar al altar de la Santa Muerte para felicitarla y compartir con ella su festejo; pero es a partir de las 10 de la mañana, cuando por parte de los encargados del altar, comienzan los festejos, sacando de su altar a una de las calles a la niña blanca, para que, con banda comiencen a tocarle las mañanitas y de ahí, un sinfín de canciones que, como en un cumpleaños, se busca festejar y divertirse.
“A las 10 de la mañana traen la banda, tocan las mañanitas, a las 2 llegan las camionetas para hacer un recorrido por todo el centro histórico y nos detenemos en el Hospital Materno Infantil y rezamos por las personas enfermas; después llegamos a su altar y una tía le reza su rosario y diferentes danzas comienzan a visitarla” explicó.
Y aunque muchas personas han dicho que la “Santa” castiga a quien no le cumple y en algunas religiones lo tachan como culto de esoterismo y que, no tiene nada que ver con la vida; la realidad es que la también conocida como “flaca”, tiene muchos fieles creyentes como el señor José Manuel Ramos, quien asegura que, su devoción a la niña, surgió desde que lo retiró de las drogas y el alcoholismo; “ya tengo 12 años siendo devoto de mi Santísima Muerte, en ella he encontrado libertad y cercanía sin tanta faramalla como en otros recintos, esto es solo entre ella y yo” dijo.
Por último, Cristel Santana, comentó que, la niña blanca es muy querida y venerada año con año; llegando a recibir a más de nueve mil personas en su altar este 2 de noviembre y recalcó que, al igual que, otros santos, el respeto a la Santa Muerte debe ser el mismo, ya que las creencias, religiones y demás, no son significado de menosprecio e indiferencia.