El rechazo a un aumento global de 11 por ciento por parte de la mayoría de los trabajadores de Volkswagen de México, y los desacuerdos que se generen en el corto y mediano plazo, impactarán de manera directa en el retraso de hasta una década de proyectos para producir en las instalaciones de Puebla autos eléctricos.
Francisco Javier Sánchez Ruiz, investigador de la Facultad de Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable de la Universidad Popular Autónoma de Puebla (Upaep), explicó que los acuerdos laborales y las relaciones de colaboración con los colaboradores son clave para que un grupo como Volkswagen tome la decisión de desarrollar nuevos proyectos.
Después de que en la consulta del 31 de agosto, en la que más de 51 por ciento de los trabajadores del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen (Sitiavw), rechazaron el acuerdo de aumento de 9 por ciento directo al salario y 2 por ciento en prestaciones como parte de la revisión 2022, el especialista en proyectos energéticos destacó que los problemas laborales son un factor contra el desarrollo de inversiones en energías limpias de firmas europeas.
“El sindicato de Volkswagen al no estar aceptando estos puntos o este incremento salarial, pues, obviamente lo que están haciendo es que están retrasando la producción y que se vaya migrando de la manufactura de autos de combustión interna a autos eléctricos. Entonces, sí vamos a tener un retraso”, expresó.
Si se presentan conflictos laborales y existen tendencias en contra de la estabilidad en las empresas por demandas de mayores incrementos salariales en medio de los efectos de la pandemia y los problemas en las cadenas de suministros, los proyectos de uso de energías limpias y el desarrollo de autos eléctricos se retrasarán, advirtió el especialista.
“México iba a tener un retraso en desarrollo de tecnología de autos eléctricos de alrededor de entre cinco a 10 años, si en dado caso, el sindicalismo influía demasiado en las cuestiones de manufactura de estos autos y lo estamos viendo”, destacó.
Sánchez Ruiz destacó que, si intereses ajenos a las empresas siguen afectando las relaciones laborales, la posibilidad de que en México domine la circulación de autos eléctricos se verá hasta después del año 2025.
“No vamos a alcanzar que México para 2025 ya todo su parque vehicular sea eléctrico. Eso va a ser imposible. México va a tener su parque eléctrico en un 20 a 30 por ciento, en una proyección para el 2050”, destacó.
Por último, el investigador de la Upaep resaltó la importancia de que los trabajadores se comiencen a adaptar hacia nuevas formas de trabajo y hacia nuevas formas de manufactura que llegarán de otros países ante la producción de autos eléctricos en el país y en estados como Puebla.
AGA