En medio de la llamada nueva normalidad tras la crisis que implicó la pandemia de covid-19, los jóvenes en el estado de Puebla se enfrentan a diferentes escenarios en el mercado laboral: la calidad en la oferta de trabajo y las nuevas habilidades que requieren las empresas para quienes buscan colocarse; mientras que, aquellos que ya cuentan con un empleo, reciben sueldos precarios y ocho de cada 10 carecen de contratos formales, situación que complica su futuro económico.
Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe) del Inegi destacan que, al primer trimestre de 2023, un total de 997 mil jóvenes entre los 20 a 29 años radican en la entidad poblana, de los cuales, seis de cada 10 cuentan con empleo y 20 mil se encuentran en la búsqueda de una fuente de ingresos.
La población que trabaja en ese rango de edad representa 20.8 por ciento de la fuerza total laboral en el estado; en tanto, 48 mil no reciben ingresos pese a que están integrados a una actividad productiva.
Si bien, Puebla se encuentra entre los cinco mercados más grandes de trabajo en el país, el salario para este sector de la población oscila entre los 7 mil 800 a 9 mil pesos mensuales, es decir, no satisface el total de las necesidades.
De acuerdo con Ignacio Ibarra López, director del programa de Economía en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey en Puebla, el panorama laboral para los jóvenes cambió a raíz de la emergencia sanitaria, no solo por la pérdida de fuentes de trabajo o la reducción de salarios que se presentó en diferentes sectores ante el paro de actividades, sino porque se “radicalizó” el acceso al mercado de trabajo.
“Lo que ha cambiado, desde mi punto de vista, es el tipo de empleo al que se puede aspirar. Antes de la pandemia, se tenía un tipo de empleo que, si bien no era el mejor que se pudiera tener en términos generales, sí tenía condiciones importantes sobre el desarrollo de actividades muy bien definidas. Después de la pandemia, lo que observamos es que las personas que se están contratando tienen que desarrollar muchas más funciones y deben concentrarse en diferentes áreas, a diferencia de lo que antes conocíamos como especialización”.
En lo anterior coincidió Gabriela Barroeta Arroyo, directora general de Relaciones Industriales Puebla y Tlaxcala (Riptac), asociación civil que agremia a ejecutivos de recursos humanos de las empresas en esta región, al señalar que otro de los factores que complica el acceso de los jóvenes al mercado de trabajo es la falta de experiencia y, ahora, las empresas requieren de nuevas habilidades, entre ellas, la adaptabilidad, la preparación y el dominio de otros idiomas para ocupar un puesto laboral y no todos los candidatos cubren el perfil demandado.
“Las Pymes están pidiendo mucha experiencia y eso también es un inconveniente para los chicos porque, a veces, no tienen la experiencia para entrar en estas pequeñas Pymes, entonces tienen que actualizarse y, además, mayor experiencia. El costo económico ahora para que los chicos puedan actualizarse es alto y algunos no lo pueden pagar. Algunos desafortunadamente tienen que ayudar con la familia, algunos ya tienen hijos, incluso con 20 años y eso está siendo una barrera también tremenda para ellos”, señaló.
Para quienes cuentan con un empleo, el escenario no es el mejor, toda vez que 32.7 por ciento de la población juvenil, según datos de Inegi, se enfrenta a jornadas de trabajo de más de 48 horas y más de medio millón labora sin acceso a instituciones de salud ni contratos estables.
“El 80 por ciento de los jóvenes, actualmente, no tiene un contrato formal establecido desafortunadamente y un 47 por ciento sí lo tienen, pero no con todas las prestaciones, hablando de una empresa. La industria sí les da las prestaciones completas, pero cuando se trata de empresas pequeñas, desafortunadamente sucede eso en cuanto a la formalidad de sus contratos, al igual que sus liquidaciones y todo lo demás”, señaló la directora de Riptac.
Ante este contexto, tanto la especialista en relaciones industriales como el director del programa de Economía en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey en Puebla, coincidieron en la necesidad de que distintos sectores de la sociedad se involucren en políticas que permitan mejores oportunidades para la población juvenil.
A la par, los expertos resaltaron la necesidad de facilitar el acceso a becas, cursos de preparación que les permitan adquirir nuevas habilidades, programas de incorporación a la formalidad, así como atraer empresas que paguen salarios dignos.
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