Las recientes y persistentes olas de calor que azotan en el estado de Puebla y la región han desencadenado una preocupante situación para productores, vendedores y consumidores por igual, todo esto ante el riesgo inminente de escasez y el aumento vertiginoso de precios de frutas y verduras frescas.
Antes de la llegada de estos eventos climáticos extremos, el costo de productos básicos como la naranja rondaba los 17 pesos por kilogramo. Sin embargo, hoy en día, este precio se ha elevado significativamente hasta alcanzar los 25 por kilo, según lo expresado por Norma Pérez, vendedora en el mercado La Acocota.
Los productos que han subido de precio en Puebla debido a las altas temperaturas
Pero no es solo la naranja la que ha visto un aumento en su valor. El pepino, por ejemplo, se mantiene relativamente estable en un costo de 14 pesos por kilo, mientras que la papaya, los plátanos y particularmente el aguacate han experimentado un aumento desproporcionado, alcanzando un precio alarmante de hasta 65 pesos por kilo.
La situación se agrava aún más con la disminución en la calidad y durabilidad de estos productos. Norma Pérez comentó que frutas como la papaya y los plátanos se maltratan rápidamente, mientras que los aguacates parecen ser los más afectados, siendo propensos a deteriorarse en menor tiempo bajo estas condiciones climáticas extremas.
Por otro lado, las hortalizas también enfrentan dificultades no solo con la baja producción, sino también con una baja en las ventas atribuida a su menor resistencia y la necesidad de grandes cantidades de agua para su producción en comparación con otros alimentos, líquido que ahora es escaso.
Calor pega a las frutas y verduras, pero también a la economía poblana
Las consecuencias de estas olas de calor no se limitan a la calidad y disponibilidad de productos frescos, sino que también impactan de manera significativa en el bolsillo de los habitantes de Puebla.
El aumento repentino de precios no solo funge como una punzante presión en los presupuestos familiares, sino que también plantea interrogantes sobre las implicaciones que pudieran tener a largo plazo estos cambios climáticos en la economía local y en la seguridad alimentaria de la región.
Ante esta situación, tanto autoridades como ciudadanos se ven obligados a tomar medidas proactivas para mitigar los efectos adversos de estas condiciones climáticas extremas, además de garantizar el acceso equitativo a alimentos frescos y a precios asequibles para todos los pobladores del estado de Puebla.
EG