En la actualidad, en el Estado de México se vive una crisis hídrica debido a los bajos niveles en las presas que abastecen el Sistema Cutzamala, sin embargo, ante dicha situación, son las empresas dedicadas a la venta de agua embotellada, en garrafón y refrescos, las que resultan más beneficiadas, esto de acuerdo a lo explicado por el urbanista y profesor de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, Adrián Marín, quien comentó que, ante un proceso de comercialización, el costo del agua puede llegar a multiplicarse hasta por mil.
Por su parte, el investigador y académico universitario Alejandro Calvillo explicó, en su artículo “Beber de una botella, el gran negocio y sus consecuencias”, que desde 2010, cuando comenzó la deficiencia en el abasto de agua de la llave, las empresas embotelladoras llevaron a cabo importantes proyecciones, mismas que hoy en día les generan grandes ganancias.
Es más sencillo tener acceso a un refresco que a agua limpia
El director de la asociación El Poder del Consumidor indica que la infiltración de las bebidas azucaradas en los hábitos de consumo, la cual, en muchos casos, es producida por las campañas de publicidad, mismas que vienen acompañadas por la omnipresencia del producto, pues, en muchos lugares de todo el mundo es más fácil tener acceso a un refresco que a agua limpia.
En regiones en las que prevalece la pobreza y donde la mayoría de las personas no participa en el mundo del hiperconsumo, tomar refrescos o bebidas extremadamente azucaradas y sujetas a una intensa mercadotecnia es producto de un acto aspiracional, del deseo que se tiene por pertenecer a un mundo del que han sido excluidos.
¿Cuántos litros de agua se usan para la producción de un refresco?
El director señaló que, para la producción de un litro de refresco como lo es el preparado con azúcar y cafeína, se requiere de hasta 70 litros de agua en su proceso de fabricación, tal como lo describió el holandés Arjen Hoekstra en su teoría de la Huella Hídrica, según describe una publicación de la UNAM.
En dicha teoría, se señala que para la huella hídrica se toma en cuenta desde el proceso de lavado hasta la integración de los químicos e ingredientes que luego componen la bebida gaseosa “la estimación que se hizo fue que por cada litro de refresco de Coca-cola se necesitan en su proceso de 70 litros de agua, parte que se utiliza para la producción del azúcar, otra parte para la botella y una tercera parte para la bebida”.
En el Estado de México, lugar donde se enfrenta la crisis antes mencionada, se consumen en promedio 280 botellas anualmente y 163 litros de refresco por persona.
DR