Ed Sheeran no plagió la canción de Marvin Gaye, llamada "Let's Get It On" al componer su éxito mundial "Thinking Out Loud”, así lo determinó un jurado de un tribunal de Manhattan.
Sheeran se levantó y abrazó a su equipo de abogados cuando el jurado determinó que había creado "independientemente" su canción.
Ha habido varios casos emblemáticos de derechos de autor musicales en los últimos años. Entre ellos, el de 2016, cuando la familia de Gaye -que no forma parte de la demanda de Nueva York contra Sheeran- demandó con éxito a los artistas Robin Thicke y Pharrell Williams por las similitudes entre la canción "Blurred Lines" y "Got to Give it Up", de Gaye.
El resultado sorprendió a muchos en la industria, entre ellos expertos jurídicos, que consideraron que muchos de los componentes musicales fundacionales son, en gran medida, parte del dominio público.
Poco después, una decisión de un tribunal de apelación confirmó la victoria de Led Zeppelin en un caso similar centrado en el clásico "Stairway to Heaven": una bendición para los compositores.
"Una de las razones por las que el caso de Ed Sheeran puede ser realmente importante para la industria es porque mostraría claramente si el péndulo ha vuelto realmente al otro lado, o si simplemente estamos yendo y viniendo", dice Joseph Fishman, profesor de Derecho especializado en propiedad intelectual de la Universidad de Vanderbilt.
"Si va y viene, puede tener un efecto paralizante para los compositores, porque nunca sabes si vas a ser el próximo".
Una infracción involuntaria es una defensa débil: en 1976, George Harrison fue declarado responsable de plagiar "inconscientemente" "He's So Fine", de los Chiffons, para su primer éxito en solitario "My Sweet Lord".
En sus memorias, Harrison escribió más tarde que sufría "paranoia cuando escribía".
dgv