El legado de la bestia llegó a Ciudad de México, Iron Maiden y Bruce Dickinson le cumplieron a más 60 mil gargantas mexicanas que sacudieron sus cabezas y alzaron sus puños para escuchar las guitarras eléctricas, bajos, batería y voces de la agrupación inglesa.
Daban las 21 horas con tres minutos, cuando Bruce, Steve, Dave, Adrián, Nicko, Janick salieron del escenario para comenzar con sus más recientes sencillos "Senjutsu", y "Stratego".
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Envuelto en una capa negra, Dickinson salió al escenario que fue iluminado por las llamas montadas sobre crucifijos para entonar "The sign of the cross".
Tardaron solo 23 minutos del show para que apareciera el primer Dr. Simi de peluche en el escenario, a quien le acercaron el micrófono. Más tarde sería acompañado de otros dos, que se quedaron observando el show postrados en la batería principal.
Las bancas comenzaban a moverse haciendo vibración de las personas que sacudían su cuerpo de pies a cabeza mientras el vocalista portaba un antifaz de pico de pajaro de acero, y una luz resplandeciente verde sostenida en su mano izquierda, acompañado de su tradicional gabardina negra.
"The writing on the wall" y "Blood Brothers" vibraba en las cuerdas vocales de los más de los miles de fanáticos de heavy metal. "Ohhh ohhh ohhh" se percibía en el escenario que se tornó azul acompañado de luces artificiales de celulares que grababan el momento en que "Fear of the Dark" comenzaba a escucharse.
A las 22 horas con 31 minutos, el escenario se apagó como si pareciese que el show había terminado, minutos después se encendió con una bandera de Inglaterra moviéndose de lado al lado, sacudida por el vocalista mientras cantaba "The Trooper".
Apenas dos minutos de la canción, y la mascota del álbum salió para enfrentarse cara a cara con Bruce. Una bandera de México en forma de pistola habría derribado a la bestia de más de dos metros que estaba parada frente a él y que había ganado los aplausos de sus fanáticos.
A las 22 horas con 41 minutos, el vocalista pidió a los capitalinos cantar por la libertad. La gente respondió con el índice y anular sobre la palma mientras gritaban "Freedom".
El toque mexicano en su regreso a la capital, se percató son su sombrero de charro color azul que portaba en la cabellera con el canto "Run to the Hills".
Después de dos horas de espectáculo, el legado se había cumplido. Fuegos artificiales y el Olé Olé despedían a la banda, que arrojaba sus artículos personales al público cercano.
ZNR